El sistema sanitario de Haití se encuentra en caos debido a la violencia de las bandas armadas que han atacado hospitales y farmacias, destruyendo, saqueando e incendiando como parte de su estrategia de terror. Esto ha generado el éxodo de la población y la paralización de la actividad en centros de salud que atendían a los más desfavorecidos. Incluso el Hôpital Général, el principal hospital público del país, fue ocupado por bandas armadas, lo que se suma a otros ataques a instituciones públicas.

Según el doctor Ronald Laroche, director de una red de centros médicos en todo Haití, la situación es catastrófica y representa la destrucción sistemática del Estado-nación por parte de grupos de bandidos. La falta de respuesta nacional ante esta crisis y la falta de conciencia por parte de los ciudadanos sobre la magnitud de la catástrofe agravan aún más la situación. El sector sanitario ya deficiente se ve afectado por el cierre de hospitales, la falta de suministros y la inseguridad que impide al personal acudir a trabajar.

El deterioro del sistema sanitario se ha agravado desde 2018 y ha llegado a una situación extrema a principios de 2024 debido al terror impuesto por las bandas armadas. Los ataques a centros sanitarios en la región de Puerto Príncipe restringen aún más el acceso a la atención médica y a los medicamentos. El sector farmacéutico también sufre las consecuencias de la violencia, con escasez de medicamentos e insumos médicos, lo que afecta a la salud de la población.

El presidente de la Asociación de Farmacéuticos Haitianos alerta sobre las consecuencias de la escasez de medicamentos, especialmente para pacientes con enfermedades crónicas o víctimas de accidentes. Con tres laboratorios de producción de medicamentos que cubren solo una parte de las necesidades locales, la falta de suministros médicos es una realidad preocupante. Los hospitales que siguen operativos están bajo presión y requieren apoyo internacional para evitar un colapso total.

El Hospital Universitario La Paz de Delmas 33 es uno de los centros que sigue funcionando gracias al apoyo de la Organización Panamericana de la Salud, que aporta medicamentos y material médico. Sin embargo, se necesita una ayuda masiva para reconstruir hospitales y escuelas, ya que los recursos internos son insuficientes. La falta de conciencia por parte de los políticos sobre la gravedad de la situación pone en riesgo la existencia de Haití como nación, lo que requiere una respuesta urgente de la comunidad internacional.

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