La OCDE predice que la actividad turística a nivel mundial se recuperará a niveles anteriores a la crisis del Covid-19 para finales del año. En un informe publicado recientemente, la organización destaca la importancia de buscar modelos más sostenibles en términos de impacto ambiental y de involucrar a todas las partes afectadas. En 2023, las llegadas de turistas internacionales ya superaron las cifras de 2019 en algunos países europeos como Portugal, Francia, Italia, España, Colombia y Marruecos.

Los grandes destinos europeos se beneficiaron en 2023 de los viajes dentro de la región y del cambio favorable para el dólar frente al euro, lo que favoreció las visitas de turistas estadounidenses. En la región Asia-Pacífico, la recuperación está tardando más, especialmente en China, donde la reapertura de fronteras ha sido más reciente. En países como Australia, Japón y Nueva Zelanda, el volumen de visitantes extranjeros se mantuvo por debajo del nivel de 2019, debido a las restricciones de viaje.

Las crisis geopolíticas, como la invasión rusa de Ucrania y los ataques terroristas en Israel, han afectado significativamente a los flujos de turistas y a la economía del sector. Esto ha llevado a una disminución en las llegadas de visitantes a países como Finlandia y otros países vecinos de Rusia y Ucrania, así como a Israel. A nivel global, en 2022 el número de turistas internacionales seguía siendo un 33% inferior al de 2019, después de una caída del 72% en 2020.

En la OCDE, el sector turístico representaba un 4,4% del PIB, un 6,9% del empleo y generaba un 20,4% de las exportaciones en servicios en 2019. Sin embargo, en 2020, la contribución se redujo drásticamente al 2,5% del PIB. Dos años después, se había recuperado parcialmente al 3,9% en promedio. Los autores del estudio señalan que el turismo seguirá creciendo a largo plazo, lo que supone oportunidades significativas, pero también retos en términos de sostenibilidad y equidad en la distribución de beneficios.

Para abordar estos desafíos, es necesario adaptarse a un entorno cambiante, involucrar a todas las partes interesadas en una visión común, diversificar la oferta, atraer nuevos mercados y segmentos a destinos emergentes y evitar la saturación durante los periodos de máxima afluencia. La clave para mantener un crecimiento sostenible en el turismo es la colaboración entre los diferentes actores involucrados y la implementación de políticas que promuevan una distribución equitativa de los beneficios y minimicen los impactos negativos en el medio ambiente y en las comunidades locales.

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