El precio del petróleo WTI abrió con una bajada del 0.44% hasta los 77.68 dólares por barril, influenciado por los datos de inflación en EE.UU. y el informe de la Agencia Internacional de Energía. La AIE revisó a la baja el aumento de la demanda mundial de petróleo, atribuyéndolo principalmente a una reducción en Europa. Las nuevas previsiones indican un aumento de la demanda global de 1.1 millones de barriles diarios en 2024, 140,000 menos que el mes anterior, alcanzando así los 103.2 millones de barriles diarios.

Por otro lado, Estados Unidos reportó una disminución de una décima en su tasa de inflación en abril, llegando a un 3.4%, tras dos meses de incrementos consecutivos. Estos datos brindan cierto alivio a la Reserva Federal y sus planes de reducir los tipos de interés a lo largo de este año. Los precios de consumo aumentaron tres décimas en comparación con marzo, una décima por debajo del incremento registrado el mes anterior. La inflación subyacente, indicador clave analizado por el regulador estadounidense, disminuyó dos décimas interanualmente hasta el 3.6%, aumentando tres décimas en términos mensuales.

En cuanto al panorama global, los contratos de futuros del WTI para entrega en junio caían 34 centavos de dólar por barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York a las 9:03 hora local. La disminución en la demanda mundial de petróleo según la AIE se debe en gran medida a la reducción neta en Europa, lo que ha llevado a ajustar las previsiones de aumento de la demanda global para 2024. Además, la caída de una décima en la tasa de inflación en EE.UU. en abril brinda un respiro a la Reserva Federal y sus planes de reducción de los tipos de interés.

La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos informó que los precios de consumo aumentaron en abril, lo que supone una disminución de una décima en la tasa de inflación, llegando así a un 3.4%. La inflación subyacente disminuyó dos décimas interanualmente hasta el 3.6%, aumentando en términos mensuales tres décimas. Estos datos permiten visualizar un escenario donde la economía estadounidense se estabiliza y la Reserva Federal puede considerar su estrategia de reducción de los tipos de interés en el futuro cercano.

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