El gobierno presentó su propuesta de reforma fiscal, llamada "Ley de Modernización Fiscal", que busca aumentar los ingresos gubernamentales en 122,486.6 millones de pesos anuales, principalmente de la clase media, alta y grandes empresas. La intención es destinar estos fondos a mayores inversiones públicas y aumentar las ayudas sociales para proteger a los contribuyentes de bajos ingresos. Sin embargo, economistas advierten que algunas medidas podrían afectar la productividad, incrementar los costos para los hogares y desacelerar el PIB.

El ministro de Hacienda, José Manuel "Jochi" Vicente, presentó la propuesta en el Palacio Nacional, destacando cambios en los incentivos fiscales, como derogar preferencias fiscales al turismo, cine, industria textil y fideicomisos, así como modificar la ley de zonas francas. También se incluyen aumentos y nuevos impuestos a bebidas, compras por internet y plataformas digitales. El sector privado evaluará el proyecto, según el vicepresidente ejecutivo del Conep, César Dargam, quien señaló que la reforma fiscal no avanzaría en la consolidación fiscal ni en la reducción del endeudamiento.

Miguel Collado Di Franco, vicepresidente del Crees, expresó que la reforma fiscal no considera ahorro, inversión, productividad ni aumento de ingresos a través de empleos, lo que podría impactar negativamente en la productividad y crear mayores costos para los hogares. Se prevé una afectación a la competitividad y mayor complejidad en el sistema tributario. Además, se plantea un golpe a los hogares con aumentos en impuestos como el IVA, renta de inmuebles y derecho a circulación, lo que disminuiría los ahorros de las personas y afectaría la inversión.

Ellen Pérez Ducy, economista, defendió la propuesta de reforma fiscal al considerarla correcta y clara, ya que busca financiar gastos de amplio uso que reducirán el costo de vida y aumentarán la calidad de vida de los ciudadanos. Destacó los incentivos a viviendas de bajo costo y la simplificación tributaria como puntos positivos. Sin embargo, advirtió que los cambios fiscales podrían conducir a un aumento de precios y una posible rebaja en los impuestos, así como a efectos en la rentabilidad de algunas empresas. Se espera que los efectos de la reforma se sientan a partir del primer trimestre de su aplicación.

La economista también abordó el tema de aumento de salarios, señalando que no ve mal incrementar el sueldo mínimo, pero expresó sorpresa por la reforma que busca recaudar más fondos a través del aumento de la nómina, a pesar de que en 2019 solo un pequeño porcentaje de empleados ganaba menos de 10,000 pesos. Además, destacó que el impacto económico personal de la reforma será significativo para algunas personas. En resumen, la propuesta de reforma fiscal plantea cambios importantes en el sistema tributario dominicano, con el objetivo de aumentar los ingresos del gobierno y destinarlos a inversiones públicas y ayudas sociales.

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