El papa Francisco brindó un discurso en el que animó a desarrollar la Inteligencia Artificial en un entorno sin monopolios y que favorezca la paz en el mundo. Durante este discurso en un foro católico dedicado a la tecnología, el pontífice destacó la importancia de dirigir la innovación tecnológica hacia una configuración centrada en el primado de la dignidad humana. Francisco hizo hincapié en la necesidad de una innovación tecnológica que promueva el desarrollo, el bienestar y la convivencia pacífica, protegiendo siempre a los más desfavorecidos y evitando el poder monopolio de unos pocos.

El papa argentino sigue de cerca el avance de la tecnología de IA y recientemente asistió a la cumbre de los líderes del G7 para abordar este tema. Francisco advirtió sobre los riesgos que conllevan los algoritmos de la IA, citando al científico Stephen Hawking y señalando que su desarrollo podría significar el fin de la raza humana. Por lo tanto, planteó la necesidad de cuestionar si la IA merece ser llamada inteligencia, considerando si su uso contribuye verdaderamente a las necesidades de la humanidad o si simplemente enriquece el poder de unas pocas corporaciones tecnológicas.

En medio de estas reflexiones, el papa destacó la importancia de la responsabilidad en las decisiones relacionadas con el uso de la IA. Instó a que se tomen medidas significativas para estimular una innovación ética que evite efectos no deseados, fomentando un mayor conocimiento y conciencia sobre el tema. Además, Francisco llamó a examinar detenidamente los efectos positivos y negativos de la IA en áreas como la seguridad, la privacidad, el mundo laboral y el consumo de energía en un momento en el que la humanidad enfrenta una delicada transición energética.

Por otra parte, en un gesto histórico, el papa Francisco nombró a Giuseppe Yang Yongqiang como nuevo obispo de la diócesis china de Hangzhou, en el marco del acuerdo entre la Santa Sede y Pekín en su proceso de acercamiento diplomático. Yang Yongqiang, nacido en 1970 en China, estudió Filosofía y Teología, siendo ordenado como cura en 1995 y nombrado obispo por Francisco en junio de 2024. Este nombramiento ha sido posible gracias al diálogo entre la Santa Sede y la República Popular de China, que no mantenían relaciones diplomáticas desde 1951.

En resumen, el papa Francisco enfatizó la importancia de dirigir el desarrollo de la Inteligencia Artificial hacia una configuración que respete la dignidad humana y promueva el bienestar de toda la humanidad. Abogó por una innovación tecnológica ética que beneficie a los más desfavorecidos y evite el poder monopolio de unas pocas corporaciones. También destacó la necesidad de responsabilidad en las decisiones relacionadas con la IA y llamó a un mayor conocimiento y conciencia sobre sus efectos en diversos aspectos de la sociedad. Además, en un gesto histórico, nombró a un nuevo obispo para una diócesis en China, fortaleciendo el diálogo entre la Santa Sede y Pekín en su proceso de acercamiento diplomático.

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