El papa Francisco ha presentado una nueva encíclica en la que insta a la Iglesia a evitar el fanatismo y las obsesiones del pasado, y a reconocer la dignidad de cada ser humano. En el documento titulado 'Dilexit nos', el pontífice aborda el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo y advierte sobre la resurgencia del jansenismo, una doctrina herética que consideraba a los humanos corrompidos desde el nacimiento. También alerta sobre la secularización y la proliferación de formas de religiosidad que no hacen referencia a un Dios de amor.
Francisco critica a aquellos dentro de la Iglesia que están más preocupados por actividades externas, reformas estructurales y proyectos mundanos que por la espiritualidad y el amor de Dios. La encíclica también destaca la importancia de la fraternidad, el cuidado del medio ambiente y la necesidad de una transformación de nuestro corazón egoísta para lograr un verdadero amor por los demás. El papa hace referencia a papas y doctores de la Iglesia en su documento, pero también defiende las expresiones de religiosidad popular del pueblo fiel de Dios.
'Dilexit nos' es la cuarta encíclica de Francisco y ha sido publicada coincidiendo con el 350º aniversario de la primera manifestación del Sagrado Corazón de Jesús a santa Margarita María Alacoque. El pontífice invita a abrazar este culto porque, según él, al beber de este amor de Jesús, nos volvemos capaces de tejer lazos fraternos, reconocer la dignidad de cada ser humano y cuidar nuestra casa común, es decir, el planeta Tierra. Francisco destaca la importancia de la fe y la espiritualidad en un mundo obsesionado con el tiempo libre, el consumo y las redes sociales.
En la encíclica, el papa advierte sobre la presencia de una fuerte avanzada de la secularización que busca un mundo libre de Dios, así como la multiplicación de diversas formas de religiosidad que no hacen referencia a un Dios de amor. Francisco insta a la Iglesia a evitar las estructuras caducas, obsesiones del pasado y fanatismos que puedan ocupar el lugar del amor gratuito de Dios. El pontífice también lamenta la presencia de pastores concentrados solo en actividades externas y reformas estructurales, en vez de centrarse en la espiritualidad y el Evangelio. La encíclica busca promover la fraternidad y el amor como bases para construir una sociedad más justa y solidaria.