El papa Francisco habló sobre el origen de las guerras, mencionando que muchas veces estas comienzan a raíz de abrazos fallidos o rechazados, seguidos de prejuicios, incomprensiones y sospechas que llevan a ver al otro como un enemigo. Durante un evento organizado por el movimiento Acción Católica, que reunió a aproximadamente 60,000 personas en la plaza de San Pedro bajo el tema "Con los brazos abiertos", el papa destacó que el impulso de abrir los brazos no siempre es bien recibido en el mundo, encontrándose con cerrazones y resistencias que convierten los brazos en señales de rechazo y oposición en lugar de fraternidad.

Francisco advirtió sobre la peligrosidad de convertir un abrazo en un puño, señalando que esto es lo que está sucediendo en diversas partes del mundo en la actualidad. Destacó la importancia de que un abrazo puede cambiar vidas y mostrar nuevos caminos de esperanza. Durante un encuentro con peregrinos de Hungría, el pontífice explicó que el gran regalo de la paz comienza en el corazón de cada individuo, resaltando la importancia de tomar la decisión de vivir en paz con los demás y de perdonar, incluso en momentos difíciles, para llenar el corazón de alegría.

El papa Francisco también expresó su agradecimiento a los húngaros por mostrar apertura hacia los refugiados ucranianos que han abandonado su país debido a la guerra. En un acto matutino con los peregrinos, el pontífice destacó la importancia de tomar decisiones diarias que fomenten la paz, como decidir perdonar y vivir en armonía con los demás. Enfatizó que la paz comienza en el corazón de cada individuo y puede transformar la forma en la que nos relacionamos con los demás, generando un impacto positivo tanto a nivel personal como a nivel global.

Durante su mensaje, el papa Francisco señaló que el abrazo es un gesto que puede cambiar vidas y abrir nuevos caminos de esperanza. Sin embargo, advirtió sobre los peligros de convertir un gesto de fraternidad en uno de hostilidad, enfatizando la importancia de cultivar la paz en el corazón de cada individuo. En un mundo marcado por conflictos y divisiones, el mensaje de Francisco sobre la importancia de abrir los brazos y vivir en paz con los demás adquiere una relevancia especial, recordando a todos la necesidad de construir un mundo más justo y solidario.

El papa Francisco animó a los presentes a no ceder a la lógica de la guerra y a buscar en cambio caminos de diálogo y reconciliación. Destacó que la decisión de perdonar, aunque sea difícil, puede marcar la diferencia en la construcción de la paz, llenando los corazones de alegría y esperanza. En un momento en el que la violencia y el conflicto están presentes en diferentes regiones del mundo, las palabras del pontífice resonaron con fuerza, recordando la importancia de construir puentes en lugar de levantar muros, y de buscar la reconciliación en lugar de alimentar el odio y la división.

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