El papa Francisco condenó el desperdicio de alimentos como un escándalo, especialmente cuando hay tantos países que sufren hambre. Durante una audiencia con la Guardia de Finanzas italiana, expresó su preocupación por la falta de explicación para el hambre mundial en medio del desperdicio en las sociedades desarrolladas. También criticó a los Estados que, a pesar de sus enormes recursos, siguen aislados financieramente a nivel global, afirmando que si dejaran de fabricar armas por un año, se podría acabar con el hambre en el mundo.
Asimismo, el papa elogió a la Policía de Finanzas italiana por su labor en vigilar que los ciudadanos contribuyan equitativamente a las necesidades del Estado, evitando favorecer a los más fuertes. Agradeció su trabajo en la lucha contra el uso inadecuado de internet y las redes sociales, así como en la recaudación de impuestos y la persecución de trabajo no declarado y mal remunerado. Les instó a combatir la corrupción y promover la legalidad, destacando la importancia de su labor en la sociedad.
En este sentido, el papa Francisco apuntó que la corrupción representa una conducta antisocial capaz de disolver la validez de las relaciones y los pilares sobre los que se basa una sociedad. Valoró la lucha de la Guardia de Finanzas contra el narcotráfico y los mercaderes de la muerte, señalando que su labor va más allá de proteger a las víctimas, incluyendo el intento de ayudar en el renacimiento de quienes han cometido errores. Destacó la importancia de actuar con respeto e integridad moral para influir en las conciencias y mostrar la posibilidad de una vida diferente.
Por último, el papa Francisco llamó a construir una alternativa a la globalización de la indiferencia, que no solo conlleva violencia y guerra, sino que también descuida el cuidado de la sociedad y el medio ambiente. Instó a la Guardia de Finanzas y a todos a trabajar juntos para promover la solidaridad, la justicia y el respeto por la dignidad humana, buscando un mundo más justo y equitativo donde se pueda superar el hambre y la desigualdad. Concluyó su discurso subrayando la importancia de unir esfuerzos para construir un mundo mejor para todos.
