El papa Francisco emitió una carta dirigida a los jóvenes que participarán en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, advirtiéndoles sobre el peligro de caer en un "afán de un activismo vacío" y en el hastío de ver y juzgar el mundo detrás de una pantalla. En este sentido, el pontífice argentino lamentó las situaciones dramáticas que generan desesperación en la sociedad actual, como la guerra, las injusticias sociales, las desigualdades, el hambre y la explotación del ser humano y de la Creación.

Según Francisco, son los jóvenes quienes muchas veces pagan el precio más alto de estas circunstancias, ya que sienten incertidumbre respecto al futuro y se ven atrapados por el hastío y la tristeza, viviendo sin esperanza. El papa explicó que la ansiedad y el cansancio interior en los jóvenes están provocados en muchos casos por las presiones sociales para alcanzar ciertos estándares de éxito en diferentes ámbitos de la vida, lo cual puede desencadenar depresión.

El sumo pontífice señaló la importancia de no caer en el hastío, entendido como un estado de apatía e insatisfacción causado por la falta de involucramiento en la vida y por preferir permanecer en una zona de confort, viendo y juzgando el mundo desde la distancia a través de una pantalla. Francisco describió a estas personas como aquellas que no se ensucian las manos con los problemas, los demás o con la vida, prefiriendo mantenerse al margen de todo.

En su mensaje a los jóvenes, el papa les ofreció una respuesta al cansancio y al hastío, proponiendo que se conviertan en peregrinos de esperanza, en lugar de detenerse a descansar. Les instó a no vivir como simples turistas, superficialmente y acumulando experiencias fugaces para documentarlas en un selfie, sino a sumergirse profundamente en cada experiencia y hacerla parte de su búsqueda de la felicidad.

Por último, Francisco animó a todos los jóvenes a abrir sus brazos a sus amigos y coetáneos, con miras a la apertura del Año Santo en diciembre. Les recordó la importancia de vivir de forma comprometida y real, involucrándose en las experiencias y relaciones que les ofrece la vida, en lugar de observar todo desde una pantalla y juzgarlo desde la distancia. El papa les ofreció un mensaje de esperanza y aliento para superar el cansancio y el hastío, invitándolos a emprender un camino de peregrinación hacia la felicidad y la plenitud.

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