La República Dominicana podría convertirse en un centro de producción agropecuaria que abastezca los mercados de todo el Caribe, aprovechando terrenos cultivables en abandono o subutilizados. El economista Juan Ariel Jiménez destacó la necesidad de políticas de planificación que protejan los terrenos de vocación agrícola, resaltando la importancia de una ley de ordenamiento territorial. Para lograrlo, se requiere una estrategia que incluya la construcción de caminos, la electrificación de fincas, la construcción de presas y lagunas, así como una política de préstamos para promover la infraestructura privada.
Para aumentar la productividad de los productores agropecuarios, empresarios y políticos, se plantea la necesidad de invertir en maquinarias, plantas de secado y almacenamiento, y tecnologías que midan la humedad, temperatura y presencia de químicos en los cultivos. Además, se hace hincapié en la importancia de modernizar las labores agrícolas a través de tecnologías genéticas y de producción, con el objetivo de aumentar la productividad por hectárea y conservar los recursos hídricos.
Es fundamental fomentar la tecnificación en la agricultura mediante la adopción de herramientas que contribuyan a conservar los recursos hídricos y mejorar la eficiencia en la producción. Sin embargo, estas acciones deben ir acompañadas de medidas para generar empleo en áreas complementarias de la producción, como las actividades poscosecha, para evitar la disminución de puestos de trabajo por el reemplazo de actividades manuales. La implementación de una buena política agropecuaria sostenible en el tiempo es clave para aprovechar el gran potencial de la República Dominicana en el sector agropecuario.
En el marco del XXVI Encuentro Nacional de Líderes del Sector Agropecuario, se instó a los agricultores a exigir medidas que fortalezcan el sector agrícola en la República Dominicana. Se destacó que el país dispone del 80% del agua, pero desperdicia el 70%, lo que resalta la importancia de implementar acciones para mejorar la eficiencia en el uso de los recursos naturales. Se enfatizó en la necesidad de una buena política de ordenamiento territorial para proteger los terrenos agrícolas y garantizar su adecuado uso.
En resumen, la República Dominicana cuenta con un gran potencial para convertirse en un centro de producción agropecuaria de la región del Caribe, aprovechando terrenos en abandono o subutilizados. Para lograrlo, se requiere una planificación adecuada que proteja los terrenos de vocación agrícola y una inversión en infraestructura rural. Además, es necesario promover la tecnificación en la agricultura y generar empleo en áreas complementarias de la producción para garantizar la sostenibilidad y eficiencia en el sector agropecuario del país.