El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago, Monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, advirtió sobre las trampas de la vida y la importancia de discernir entre el bien y el mal para evitar caer en ellas. Destacó que la sociedad actual se ve afectada por la insatisfacción personal, la bajeza humana y la mediocridad, lo que lleva a un comportamiento social negativo basado en intereses personales por encima del bien común.

En su homilía en la Catedral Santiago Apóstol, Monseñor Morel Diplán señaló que la insatisfacción y la dependencia excesiva de bienes materiales están provocando comportamientos inadecuados en la sociedad. Destacó la importancia de valorar a quienes actúan con honestidad, decencia y respeto por los principios éticos y morales, en contraposición con la búsqueda constante de lo negativo en las personas.

El obispo de Santiago recordó que el ser humano a menudo busca cosas que no necesita, olvidando valorar lo que ya posee. Hizo referencia al relato bíblico de Adán y Eva, quienes tenían todo para ser felices, pero cayeron en la tentación de Satanás y desobedecieron los mandatos divinos. Monseñor Morel Diplán instó a buscar la guía del Señor, la oración y el apego a los mandamientos para evitar las trampas que puedan llevar al fracaso y al pecado.

En este sentido, el obispo auxiliar resaltó la importancia de reconocer y valorar el bien que hacen las personas a su alrededor, en lugar de enfocarse únicamente en lo negativo. Subrayó que la bajeza humana, utilizada para destruir y descalificar a los demás, es una actitud que prevalece en la sociedad actual y que debe ser combatida con valores de bondad, generosidad y respeto mutuo.

Monseñor Morel Diplán llamó a reflexionar sobre la importancia de vivir de acuerdo con los principios éticos y morales, evitando caer en la tentación de lo negativo y manteniendo una actitud de gratitud y reconocimiento de las bendiciones recibidas. Destacó que las trampas de la vida pueden llevar a la ruina personal y social, por lo que es fundamental buscar la luz y la orientación divina para navegar por un mundo lleno de desafíos y dificultades.

En este sentido, el obispo de Santiago instó a los ciudadanos a mantenerse firmes en su fe, buscar la guía de Dios en todo momento y actuar con rectitud y honestidad en sus acciones diarias. Concluyó que solo a través del discernimiento de lo bueno y lo malo, y la búsqueda constante de la cercanía con lo divino, se podrá evitar caer en las trampas de la vida y vivir en armonía con los principios fundamentales de la fe católica.

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