Un estudio realizado por la University College de Londres señala que la causa de que algunos niños sean quisquillosos con la comida está en sus genes y no tanto en la educación que reciben. Los investigadores analizaron a 2.400 gemelos y mellizos para determinar si la tendencia a comer una gama pequeña de alimentos se debía a factores genéticos o ambientales. Descubrieron que los gemelos idénticos mostraban patrones más similares en sus hábitos alimenticios que los mellizos, lo que sugiere una influencia genética en la quisquillosidad con la comida.

Según los expertos, la influencia ambiental también juega un papel importante en la actitud de los niños hacia la comida, especialmente en la primera infancia. Por lo tanto, sugieren que intervenciones tempranas podrían ayudar a ampliar la variedad de la dieta infantil. A pesar de que la quisquillosidad alimentaria puede ser una fuente de ansiedad para los padres y cuidadores, el estudio ofrece una explicación científica que puede aliviar su sentido de culpa.

Los investigadores explican que la tendencia a ser quisquilloso con la comida puede prolongarse hasta la adolescencia, con un ligero pico a los siete años. A medida que el niño crece, los factores genéticos cobran mayor importancia en su actitud hacia los alimentos. Por lo tanto, entender la predisposición genética de un niño hacia la comida puede ayudar a los padres a comprender y manejar mejor sus hábitos alimenticios.

El estudio destaca la importancia de ofrecer una variedad de alimentos desde una edad temprana para fomentar una actitud más abierta hacia la comida. A pesar de que la quisquillosidad alimentaria puede ser frustrante para los cuidadores, el estudio sugiere que comprender su origen genético puede ayudar a abordar el problema de manera más efectiva. Además, los investigadores esperan que estos hallazgos contribuyan a mejorar la calidad de vida de los niños con hábitos alimenticios selectivos.

En resumen, el estudio realizado por la University College de Londres sugiere que la causa de la quisquillosidad con la comida en algunos niños reside en factores genéticos más que en la educación recibida. La influencia ambiental también desempeña un papel importante en los hábitos alimenticios de los niños, especialmente en la primera infancia. Entender la predisposición genética de un niño hacia la comida puede ayudar a los padres a manejar de manera más efectiva sus hábitos alimenticios, aliviando así la ansiedad asociada con la quisquillosidad alimentaria.

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