El presidente de la República Dominicana Luis Abinader prometió a sus ciudadanos hace tres años que se construiría un muro para impedir que los contrabandistas y los delincuentes cruzaran la frontera entre la República Dominicana y Haití. 

Sin embargo, a día de hoy está lejos de ser terminado y ni siquiera podría mantener alejado a un enérgico niño pequeño: es como el corralito mal construido de un bebe. 

El presidente ha prometido completar la barrera fronteriza de 120 millones de dólares si es reelegido en mayo, pero por ahora el muro parece mal construido y poroso.

Con la situación en Haití cada día más intensa y precaria, la urgencia de fortificar el muro se ha hecho aún mayor. 

Una vez más, las promesas del presidente se han quedado cortas, poniendo en grave peligro la seguridad y el bienestar de los ciudadanos de la República Dominicana.

Hay que actuar ya para que el muro proteja a la población de la República Dominicana y apoye a quienes viven con miedo. 

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