El temor a una recesión en Estados Unidos, los decepcionantes resultados de algunas grandes compañías tecnológicas y los efectos de la subida de los tipos de interés en Japón llevaron a las bolsas de todo el mundo a sufrir pérdidas. El nerviosismo de los mercados se desató tras datos de empleo y actividad industrial en EE.UU. peores de lo esperado, y se intensificó al constatarse el enfriamiento del mercado laboral estadounidense. Esto llevó al presidente de la Reserva Federal de Chicago a no descartar una reunión de emergencia si los datos empeoran en inflación, empleo o crecimiento. Además, la subida de tipos en Japón ha llevado a inversores a vender activos para liquidar deudas contraídas en yenes.
En Asia a Wall Street, Madrid, Milán, Londres, Fráncfort y París experimentaron importantes descensos en sus bolsas. Tokio perdió un 12.4 %, la segunda mayor caída de su historia, mientras que Seúl retrocedió un 8.77 % y Taiwán un 8.35 %. En Wall Street, el Nasdaq, el S&P 500 y el Dow Jones también registraron pérdidas significativas, con el Dow Jones cayendo 1,034 puntos (-2.60%), su peor jornada en dos años. Esto se debió a preocupaciones por una recesión, nerviosismo por los resultados de las grandes tecnológicas y descalabros en Asia.
La subida de tipos en Japón ha reducido las ventajas de endeudarse en yenes para comprar activos en otras divisas, lo que ha llevado a los inversores a vender activos para cubrir deudas. Esto ha provocado una corrección en los mercados, aunque algunos analistas no ven el inicio de un mercado bajista prolongado. Durante la jornada, los inversores se dirigieron a la renta fija, especialmente hacia bonos soberanos considerados seguros, lo que elevó su precio y redujo su rentabilidad. A pesar de ello, los bonos europeos cerraron al alza al final de la sesión.
Los precios del petróleo han continuado a la baja debido al temor de los inversores a un debilitamiento de la demanda, superando incluso la creciente tensión en Oriente Medio. Sin embargo, las caídas se han atenuado y el crudo de referencia en Europa ha caído un 0.8 %, rondando los 76.2 dólares por barril. El oro, considerado un activo refugio en tiempos de incertidumbre, ha retrocedido un 1.6 % y se ha situado en torno a los 2,403 dólares por onza. Las criptomonedas también han sufrido descensos, siendo el bitcóin la más afectada con una caída del 8 % y el ether un 11 %, debido a la revalorización del yen provocando una liquidación de posiciones en diversos activos.
En resumen, la combinación de temor a una recesión en Estados Unidos, resultados decepcionantes de grandes compañías tecnológicas y la subida de tipos en Japón han generado un ambiente de nerviosismo en los mercados financieros a nivel mundial. Esto ha llevado a importantes caídas en las bolsas de valores, tanto en Asia como en Wall Street, así como a una corrección en los mercados que algunos analistas consideran como una ajuste temporal. Los precios del petróleo, oro y criptomonedas también han experimentado descensos, aunque las caídas se han atenuado a lo largo de la jornada. La situación sigue siendo volátil y los inversores están a la expectativa de futuros movimientos en los mercados.

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