Un hombre ha sido condenado a 20 años de prisión por matar a su madre a tubazos y dejar a su padre en estado delicado en Santo Domingo Este. Osiris Rafael Jiménez Collado, fue condenado por los jueces del Primer Tribunal Colegiado de la jurisdicción, tras ser instrumentado el expediente por la Fiscalía de Santo Domingo Este y Norte.

Durante el juicio, el Ministerio Público mostró que el acusado violentó los artículos del Código Penal Dominicano sobre homicidio. Los hechos ocurrieron el 12 de abril de 2022, cuando el acusado comenzó a discutir con sus padres en su residencia. En medio de la discusión, agarró un tubo y golpeó brutalmente a su madre, causándole la muerte, y luego atacó a su padre, dejándolo gravemente herido con lesiones que tardarían entre 5 y 6 meses en sanar, según el certificado médico legal.

La condena impuesta significa que el acusado cumplirá su pena en la Penitenciaría Nacional de La Victoria. Los jueces del Primer Tribunal Colegiado de la jurisdicción, Elizabeth Esperanza Rodríguez Espinal, Flor E. Batista Polo y José Leonel Asencio Quezada, fueron los encargados de dictar la sentencia. La investigación llevada a cabo por la Fiscalía pudo determinar que el acusado cometió estos crimines contra sus progenitores.

La condena de 20 años de prisión es resultado de la violencia extrema demostrada por el acusado hacia sus padres, lo que terminó en la muerte de su madre y en graves lesiones para su padre. El acusado, Osiris Rafael Jiménez Collado, fue declarado culpable de violar varios artículos del Código Penal Dominicano relacionados con el homicidio. El trágico suceso tuvo lugar en la residencia de la familia el 12 de abril de 2022, provocando un desenlace fatal para la madre y dejando al padre en un estado delicado.

La impactante historia de violencia familiar que acabó en tragedia ha conmocionado a la comunidad de Santo Domingo Este. La Fiscalía de la zona pudo reunir pruebas suficientes para condenar al acusado y asegurar que cumpla su sentencia en prisión. Los jueces que presidieron el caso decidieron que la pena de 20 años era justa dada la gravedad de los crímenes perpetrados por el acusado, quien no mostró ningún remordimiento por sus acciones. La justicia ha sido cumplida, pero el dolor y la pérdida causados por este terrible incidente perdurarán en la memoria de la comunidad afectada.

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