El Gobierno de transición de Haití exige justicia para el presidente Jovenel Moise en el tercer aniversario de su asesinato, a pesar de que la investigación local sigue estancada. Moise fue torturado y asesinado en su residencia privada por un grupo de mercenarios, en su mayoría colombianos. En memoria de Moise, se celebró una ceremonia de reflexión y recuerdo en Puerto Príncipe, que contó con la presencia del primer ministro, ministros y miembros del Consejo Presidencial de Transición.

El presidente del CPT instó al ministro de Justicia a tomar medidas contra los responsables del asesinato, incluidos los instigadores, autores y cómplices. El grupo Amijomo, formado por antiguos ministros y familiares de Moise, ha elogiado los avances en la justicia estadounidense y espera que otros implicados sean juzgados y condenados. En febrero, el juez a cargo del caso imputó a unas cincuenta personas, incluida la viuda de Moise, Martine Moise, y al ex primer ministro Claude Joseph.

Martine Moise, herida en el asalto, ha abogado por la creación de un tribunal internacional para investigar la muerte de su esposo. Se le acusa de robo a mano armada, intento de asesinato y conspiración para atentar contra Moise. La crisis sociopolítica y económica en Haití ha empeorado desde el asesinato de Moise, y los grupos armados están ganando poder en armas, municiones e influencia. Para hacer frente a esta situación, llegó al país un contingente policial keniano como parte de una Fuerza Multinacional respaldada por la ONU.

A pesar de los avances en la investigación del asesinato, la situación en Haití sigue siendo complicada, con la violencia y la inestabilidad política en aumento. La falta de justicia para Moise continúa siendo una preocupación para su gobierno y para aquellos que buscan esclarecer la verdad detrás de su muerte. Con la llegada de la Fuerza Multinacional keniana, se espera que se pueda combatir eficazmente a los grupos armados que amenazan la seguridad y estabilidad del país. Es necesario que se haga justicia para Moise y que se encuentre a todos los responsables de su asesinato para evitar que este tipo de tragedias se repitan en el futuro. El futuro de Haití depende en gran medida de la capacidad del gobierno para abordar estas cuestiones de manera efectiva y garantizar la seguridad y el bienestar de su pueblo.

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