La República Dominicana enfrenta altos niveles de criminalidad, con un promedio de 214 robos diarios en 2023, según informes de la Policía Nacional. Muchas familias se han visto involucradas en actividades delictivas, como el reciente robo a una sucursal del Banco Popular perpetrado por dos hermanos, un primo y otro individuo. Estos casos de robo a bancos no son frecuentes en el país, pero han sido protagonizados por grupos familiares, como en el violento atraco al The Royal Bank of Canada en 1954.

Además del robo, el narcotráfico también ha estado presente en redes familiares en la República Dominicana. La Operación Caimán reveló la participación de cuatro familias del Sur en el tráfico y distribución de drogas, así como en otros delitos conexos durante casi tres décadas. Estas familias lograron movilizar grandes cantidades de cocaína, generando ganancias millonarias. La corrupción también ha salpicado a familias destacadas, incluyendo a los hermanos del expresidente Danilo Medina Sánchez, quienes presuntamente encabezaron una estructura criminal desde el Estado dominicano.

Las actividades delictivas cotidianas también se ven influenciadas por la dinámica familiar, con casos como el de los hermanos Omar y César Alejandro López Méndez, quienes murieron en un enfrentamiento con la policía en 2014. Otro ejemplo son los hermanos detenidos por su presunta participación en robos a establecimientos comerciales. En algunos casos, como el de los hermanos Julio Ernesto y Julio César Reyes Marte, el curso de las investigaciones posteriores no fue detallado en los medios.

La falta de oportunidades, la proximidad y la unión familiar son factores que contribuyen a que muchos parientes se involucren en actividades delictivas conjuntas. La sociedad dominicana ha sido testigo de cómo linajes completos se dedican a mantener negocios familiares basados en la ilegalidad. Esta situación refleja la complejidad de la criminalidad en el país y la necesidad de abordar tanto las causas estructurales como las consecuencias individuales de la delincuencia. Es fundamental trabajar en la prevención del crimen, la rehabilitación de infractores y el fortalecimiento de las instituciones encargadas de garantizar la seguridad y la justicia en la República Dominicana.

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