El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha acordado reducir en un 36% el costo de los préstamos que concede, lo que resultará en un ahorro de aproximadamente 1,200 millones de dólares al año para países de ingresos bajos y medianos. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, explicó que esta medida entrará en vigor a partir del 1 de noviembre y siete países que actualmente pagan recargos por exceder umbrales de deuda dejarán de hacerlo para el 2026. Esta revisión de la política de cargos y recargos de la institución busca reducir el costo de los préstamos sin comprometer su capacidad financiera para apoyar a los países que lo necesiten.
Para reducir el costo de los préstamos, el FMI disminuirá el margen sobre los derechos especiales de giro (DEG) de 100 a 60 puntos base, incrementará el umbral para la aplicación de recargos, reducirá los intereses para recargos por cuestiones temporales de 100 a 75 puntos base, y aumentará los umbrales para las tasas. A pesar de estas medidas, el FMI ha dejado claro que no tiene intención de eliminar por completo los cargos y recargos, ya que considera que son una parte esencial de su estructura de gestión de riesgos. Estos costos cubren gastos de intermediación de préstamos, acumulan reservas para proteger contra riesgos financieros y proporcionan incentivos para una financiación prudente.
En la actualidad, 19 países pagan recargos por los préstamos obtenidos del FMI. A partir del 1 de noviembre, ocho países, entre ellos Benín, Costa de Marfil, Gabón, Georgia, Moldavia, Senegal, Sri Lanka y Surinam, dejarán de pagar recargos debido al aumento del umbral para aplicarlos. Gracias a las medidas aprobadas por el FMI, siete de los 20 países que se estimaba habrían debido pagar recargos en 2026, no tendrán que hacerlo. Esto demuestra el impacto positivo que tendrá la revisión de la política de cargos y recargos en la reducción de costos para los países prestatarios.
Un grupo internacional de economistas había solicitado al FMI una reforma sustancial de su política de recargos, argumentando que son procíclicos y regresivos, exigiendo tasas de interés más altas a los países durante crisis financieras. Cerca de 150 economistas, incluido el premio Nobel Joseph Stiglitz, firmaron una carta en la que expresaban estas preocupaciones. Sin embargo, el FMI considera que los cargos y recargos son necesarios para garantizar una gestión prudente del riesgo financiero. Esta revisión de la política de cargos y recargos es la primera desde 2016 y busca equilibrar la reducción de costos con la preservación de la capacidad financiera del FMI para apoyar a los países necesitados.