El Fondo Monetario Internacional ha mejorado sus proyecciones de crecimiento del PIB de Estados Unidos, ahora estimando un crecimiento del 2.8% para este año y del 2.2% para 2025. A pesar de estos pronósticos optimistas, el FMI advierte sobre los problemas que pueden surgir en el futuro debido al creciente déficit fiscal y la deuda pública, que se espera alcance el 134% del PIB en 2029. Estados Unidos se mantiene como un impulsor importante de la economía mundial, mientras que la Eurozona, Japón y China experimentan un crecimiento más modesto.
El informe también destaca el impacto de la inflación a nivel global, señalando que los salarios han aumentado más rápido que la productividad en la zona euro, mientras que en Estados Unidos, el aumento de los salarios ha estado en línea con mejoras en la productividad. Estados Unidos fue la última gran economía mundial en iniciar un ciclo de reducción de tasas de interés, lo que ha contribuido a frenar la inflación. Sin embargo, la combinación de una política monetaria restrictiva y una política fiscal relajada ha llevado a la apreciación del dólar, afectando a las economías emergentes y en desarrollo.
El FMI resalta la importancia de las decisiones de política monetaria de Estados Unidos en las economías emergentes y en desarrollo, y reconoce que el recorte de tasas de interés de septiembre ha ayudado a frenar la apreciación del dólar. No obstante, el informe advierte sobre posibles vulnerabilidades que podrían generar volatilidad en los mercados, como una desconexión entre la incertidumbre económica y la volatilidad de los mercados, así como valoraciones sobredimensionadas en el sector tecnológico. En agosto, se observaron caídas abruptas en las bolsas mundiales debido a temores de una recesión en Estados Unidos y a factores como datos de empleo por debajo de lo esperado y decisiones inesperadas de los bancos centrales.
En conclusión, el Fondo Monetario Internacional destaca el papel de Estados Unidos como impulsor de la economía mundial, pero advierte sobre los desafíos futuros debido al creciente déficit fiscal y la deuda pública. Además, el informe resalta la importancia de la política monetaria estadounidense en las economías emergentes y en desarrollo, y señala posibles vulnerabilidades en los mercados financieros. A pesar de los riesgos, el FMI sigue siendo optimista sobre el crecimiento económico de Estados Unidos, manteniendo sus proyecciones de crecimiento del PIB para este año y para 2025.