El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado su previsión de crecimiento mundial a 3.2%, destacando la resiliencia de la economía a pesar de tensiones geopolíticas y la fragmentación del comercio. En el marco de las reuniones de primavera del Banco Mundial y el FMI, el organismo ha publicado su último informe de perspectivas de crecimiento, actualizando las cifras anteriores.

El FMI mejora en una décima las perspectivas económicas mundiales para este año, manteniendo un crecimiento del 3.2% también para 2025. Las economías avanzadas crecerán un 1.7% este año, especialmente impulsadas por la economía estadounidense que crecerá un 2.7%. En cambio, la zona euro empeora sus previsiones, con Alemania y Francia viendo un empeoramiento en sus cifras de crecimiento.

En cuanto a las economías emergentes, el FMI también aumenta una décima su estimación de crecimiento para este año, llegando a un 4.2%. China mantiene su previsión de crecimiento en un 4.6%, mientras que Latinoamérica y el Caribe vieron una mejora en sus cifras, llegando al 2%. La inflación se modera y se espera una reducción de los tipos de interés en la segunda mitad del año.

A pesar de la resiliencia del crecimiento global, el FMI señala que la tasa de crecimiento a medio plazo sigue siendo históricamente baja, con proyecciones de crecimiento en torno al 3.1% en los próximos cinco años. La fragmentación geopolítica y la reversión de la integración económica transfronteriza impulsada por políticas proteccionistas son factores que afectan a estas proyecciones.

El FMI destaca que la fragmentación geoeconómica generará fricciones comerciales y reorganización de los vínculos comerciales globales, lo que podría impactar negativamente en la actividad económica global en el futuro. El organismo menciona riesgos que podrían empeorar las previsiones, como una escalada del conflicto en Oriente Medio, que podría afectar los precios del petróleo y los costes del transporte.

En resumen, a pesar de las tensiones geopolíticas y la fragmentación del comercio, el FMI mejora sus previsiones de crecimiento global, destacando la resiliencia de la economía. Sin embargo, se señalan riesgos que podrían afectar negativamente al crecimiento económico mundial, como la fragmentación geoeconómica y una posible escalada de conflictos en diferentes regiones del mundo.

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