El exembajador de EE.UU. Víctor Manuel Rocha fue sentenciado en una corte federal de Miami a 15 años de cárcel por cargos relacionados con espionaje para Cuba después de declararse culpable. Rocha, de 73 años, estaba acusado de actuar como agente ilegal de un gobierno extranjero y conspiración para defraudar a Estados Unidos. Además, enfrentaba cargos por fraude y falsificación de documentos. La jueza determinó la sentencia de 15 años y medio millón de dólares de multa.

Durante la audiencia, una decena de manifestantes del exilio se agolpó en la corte para pedir una condena máxima. El fiscal David Newman señaló que Rocha había actuado en secreto como agente del Gobierno cubano mientras ocupaba altos cargos en el Gobierno de Estados Unidos, lo que consideró una traición al pueblo estadounidense. La sentencia se produjo después de una jornada en la que la jueza recibió peticiones del exilio, incluyendo la de la viuda e hija del fallecido líder opositor cubano Oswaldo Payá.

Ofelia Acevedo Maura y Rosa María Payá Acevedo expresaron su preocupación por los términos del acuerdo de declaración de culpabilidad entre Rocha y el Gobierno de EE.UU., que fue enmendado durante la audiencia. Consideraron que este acuerdo eliminaba la discreción del tribunal para abordar el alcance total del daño causado por el acusado. Como víctimas de la dictadura cubana, se mostraron profundamente preocupadas por la posibilidad de que el Gobierno de EE.UU. estuviera tratando de influir en la decisión de la jueza en el caso Rocha.

La audiencia de cuatro horas contó con la presencia de manifestantes exigiendo justicia y una condena ejemplar para Rocha. La sentencia de 15 años de cárcel y medio millón de dólares de multa fue determinada por la jueza Bloom. Durante la jornada, se destacó la naturaleza de la traición de Rocha al actuar como agente del Gobierno cubano en secreto mientras ocupaba cargos en el Gobierno de EE.UU.

La familia de Oswaldo Payá expresó su preocupación por el acuerdo de culpabilidad entre Rocha y el Gobierno de EE.UU., que consideraron peligroso y eliminaba la discreción del tribunal. Consideraron que este acuerdo establecía un precedente en casos de esa magnitud y afectaba la capacidad de la jueza para determinar el alcance del daño causado por el acusado. Como víctimas de la dictadura cubana, manifestaron su preocupación por la influencia del Gobierno de EE.UU. en el proceso judicial contra Rocha.

La sentencia de 15 años de cárcel para Víctor Manuel Rocha por cargos de espionaje para Cuba durante 40 años marcó el final de un proceso judicial que generó intensas protestas y peticiones de justicia por parte del exilio cubano. La determinación de la jueza Bloom de imponer esta condena fue recibida con satisfacción por los manifestantes presentes en la corte, quienes consideraron que se había hecho justicia en este caso de traición y espionaje. La familia de Oswaldo Payá continuó expresando su preocupación por el acuerdo de culpabilidad y el impacto que podría tener en la determinación de la sentencia final.

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