Shohei Ohtani golpeó su primer jonrón con los Dodgers el miércoles por la noche y la pelota fue atrapada por una fanática que estuvo a punto de quedársela. La seguidora, llamada Ambar Roman, terminó siendo presionada por el equipo para devolver la pelota a cambio de un intercambio que ella consideró poco equitativo. A pesar de que el jonrón no fue un hito significativo en la carrera de Ohtani, se estima que podría haber tenido un valor de al menos $100,000 en una subasta.

Tras el juego, Ohtani logró recuperar la pelota a cambio de otra pelota, dos gorras firmadas por los Dodgers, un bate y una breve conversación. La fanática y su esposo afirmaron que fueron presionados por el equipo para devolver la pelota a pesar de que sentían que estaban siendo explotados en el intercambio. Según la pareja, los Dodgers incluso les habrían amenazado con no autenticar la pelota si decidían quedársela, lo que habría reducido su valor considerablemente.

A pesar de que el jonrón no era un logro significativo para Ohtani en términos deportivos, el hecho de que fuera su primer jonrón con los Dodgers le daba un valor simbólico. Un representante de una casa de subastas mencionó que la pelota probablemente habría sido vendida por al menos $100,000, lo que hace que el intercambio con la fanática parezca injusto. El esposo de la seguidora aseguró que se sintieron presionados y explotados por el equipo en la negociación.

La fanática y su esposo creen firmemente que los Dodgers se aprovecharon de la situación al asegurar la pelota de manera injusta y obligarlos a aceptar un intercambio que consideraban desigual. A pesar de que finalmente lograron recuperar la pelota, sienten que fueron presionados y amenazados para darla a los Dodgers. La falta de autenticación por parte del equipo habría dejado la pelota sin valor, lo que habría afectado enormemente su posible venta en el futuro.

En resumen, el primer jonrón de Shohei Ohtani con los Dodgers resultó en una polémica situación con una fanática que terminó siendo presionada por el equipo para devolver la pelota a cambio de un intercambio que consideraba desigual. A pesar de que logró recuperar la pelota, la seguidora y su esposo aún sienten que fueron explotados y que los Dodgers se aprovecharon de ellos en la negociación. Esta situación plantea dudas sobre la ética y la transparencia en las interacciones entre los equipos deportivos y los aficionados, especialmente en situaciones que involucran objetos valiosos como pelotas de béisbol.

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