El río Masacre atraviesa República Dominicana y Haití, lo que ha provocado disputas entre ambos países por el agua dulce que proporciona a los campesinos. Recientemente, Haití terminó la construcción de un canal que desvía parte del flujo del río para abastecer a agricultores en Juana Méndez. Esto generó acusaciones de que República Dominicana estaba dejando sin agua a Haití al poner en marcha un sistema de bombeo en La Vigía que garantiza el suministro de agua a los campesinos dominicanos.
Un ingeniero de La Vigía explicó que el bombeo de agua en esta zona influye en el canal haitiano, disminuyendo el flujo de agua en tiempos secos. Esto causa problemas para la biodiversidad, ya que lagunas como Saladilla pueden quedar secas, poniendo en riesgo aves migratorias. El ingeniero señaló que el canal de Haití también contribuye a aumentar la hambruna en la zona, ya que los habitantes viven de la pesca en la laguna afectada.
Según el ingeniero, las medidas tomadas por República Dominicana para garantizar el suministro de agua a sus agricultores son una forma de protegerse de las acciones de Haití. Haití estaría modificando el flujo completo del río Masacre con su canal, poniendo en peligro la biodiversidad y la pesca en la laguna. Esto ha generado tensiones entre ambos países, ya que cada uno busca asegurar el acceso al vital recurso hídrico para sus poblaciones.
La construcción del canal en el Masacre ha provocado un debate sobre la distribución del agua entre República Dominicana y Haití. Mientras Haití busca asegurar el suministro para sus agricultores, República Dominicana defiende sus acciones como una forma de proteger a su población y preservar la biodiversidad en la zona. La situación se ha vuelto cada vez más tensa, con acusaciones mutuas sobre la responsabilidad de la reducción del caudal del río y sus impactos en ambas naciones.
La disputa por el agua en el río Masacre refleja las complejas relaciones entre República Dominicana y Haití, dos países vecinos que históricamente han tenido diferencias en diversos aspectos. El acceso a recursos como el agua dulce se convierte en un tema de conflicto, afectando a la población local que depende de estos recursos para su sustento. La necesidad de encontrar soluciones que beneficien a ambas partes se vuelve fundamental para evitar futuros conflictos y garantizar la sostenibilidad ambiental en la región.
