El Banco Central Europeo (BCE) se espera que inicie una serie de recortes en las tasas de interés, comenzando con una reducción de 25 puntos básicos, hasta el 4.25%, después de casi dos años de aumentos debido a la inflación. El Consejo de Gobierno se reunirá en Fráncfort y se espera que tomen la decisión de recortar el precio del dinero, siguiendo un enfoque prudente que aboga por una reducción de 25 puntos básicos, según el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. Tanto analistas como el mercado anticipan este recorte, que reduciría las tasas del 4.5% al 4.25%.

Si se produce este recorte, sería el primero que realiza el BCE desde marzo de 2016, cuando redujo el precio del dinero al 0%. Posteriormente, en septiembre de 2019, el banco central redujo la tasa de depósito al -0.5%. Este sería el primer descenso luego de diez aumentos consecutivos entre julio de 2022 y septiembre de 2023. La decisión del BCE viene después de un aumento en la inflación en la eurozona en mayo, donde llegó al 2.6%, y se suman los recientes aumentos en salarios y el PIB en la región, lo que dificulta prever los próximos pasos a seguir.

Los analistas señalan que la clave no está en el recorte de tasas esta semana, sino en la estrategia futura del BCE. Muchos prevén que el banco llevará a cabo dos recortes adicionales para el resto del año, con la posibilidad de un tercero. Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha indicado que no hay un compromiso de seguir una senda concreta en este ámbito. También se considerará la evolución de la política monetaria en Estados Unidos, ya que el BCE podría adelantarse a la Reserva Federal en la reducción de tasas. La próxima reunión del BCE también incluirá la publicación de sus previsiones actualizadas de inflación y crecimiento económico.

En resumen, el BCE se espera que inicie una serie de recortes en las tasas de interés, comenzando con una reducción de 25 puntos básicos, hasta el 4.25%. Esta sería la primera reducción desde 2016, y se espera que sea seguida por un total de dos recortes más en lo que queda del año. La decisión del BCE se basa en la situación económica actual en la eurozona, con un aumento en la inflación, salarios y el PIB, lo que hace difícil prever los próximos pasos a seguir.

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