Los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decidieron por unanimidad mantener los tipos de interés en el 4.5% en la reunión de marzo. A pesar de que se estaban fortaleciendo los argumentos a favor de recortes, se consideró prematuro discutir sobre bajas en los tipos. Esta decisión fue respaldada por las nuevas proyecciones macroeconómicas, que preveían una inflación del 2.3% en 2024 y del 2% en 2025, lo que permitiría al BCE alcanzar su objetivo de estabilidad de precios el próximo año.

Las autoridades financieras también reconocieron que existían argumentos sólidos a favor de considerar recortes en los tipos de interés, con la posibilidad de una primera bajada a la vista. Entre estos argumentos se encontraban las proyecciones de los expertos del BCE, avances en las perspectivas de inflación, y una mejor transmisión de la política monetaria. Sin embargo, se acordó esperar a recibir más datos y pruebas antes de tomar una decisión definitiva sobre recortes.

En relación a la evolución de la inflación, se observó un descenso en la tasa interanual en la eurozona, con un 2.4% en marzo. La inflación subyacente, que excluye precios de energía y alimentos frescos, también disminuyó hasta el 2.9%. A pesar de estos datos, se consideró que el proceso desinflacionista seguía siendo "accidentado y frágil", por lo que se requeriría una política monetaria restrictiva para lograr el objetivo de inflación del 2%.

En cuanto a la economía, se destacó que esta seguía siendo débil, con un crecimiento menor al esperado en el corto plazo. Se prevé que la fragilidad económica persista durante al menos dos trimestres más, lo que resultaría en un total de seis trimestres de estancamiento económico. Las nuevas proyecciones apuntan a un crecimiento del 0.6% en 2024, aunque se espera que la actividad se recupere en los años siguientes con avances del 1.5% en 2025 y del 1.6% en 2026.

En cuanto a la disponibilidad de datos, se mencionó que en la próxima reunión de junio se contarían con más información, especialmente en relación a la dinámica salarial. Sin embargo, se señaló que los datos disponibles para la reunión de abril podrían ser limitados, lo que dificultaría tener suficiente confianza en la sostenibilidad del proceso de desinflación. Por lo tanto, se consideró necesario esperar a confirmar las hipótesis y predicciones contenidas en las proyecciones de marzo.

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