El territorio nacional de la República Dominicana se encuentra frente al desafío y la oportunidad de mejorar y duplicar su producción agrícola para satisfacer las necesidades internas y externas, debido al constante avance del turismo, la expansión de los mercados de exportación y el consumo local. El economista Henry Henbrand ha señalado que para lograr este objetivo, es necesario realizar inversiones en tecnología, financiamiento y programas de resiliencia al cambio climático. Fenómenos climáticos como la sequía y el exceso de lluvias no solo afectan la inflación alimentaria, sino que también suponen un desafío constante para la estabilidad del sector agrícola. Henbrand enfatizó durante el foro ECONOMICM 2024 que el crecimiento proyectado en el sector turístico dependerá en gran medida de la capacidad del campo dominicano para satisfacer la creciente demanda de alimentos y bebidas. Por esta razón, insistió en que cualquier nueva estrategia económica debe considerar la agricultura como un componente esencial para combatir la pobreza y mejorar la salud pública a través del aumento de la producción de alimentos a precios accesibles.

El economista también mencionó la importancia de fortalecer la infraestructura en las zonas rurales, garantizar el acceso a la tierra y la tecnología para los productores agrícolas, así como mejorar la eficiencia en los sistemas de distribución y comercialización de alimentos. Estas medidas son fundamentales para aumentar la productividad y competitividad del sector agrícola dominicano, y asegurar que pueda satisfacer la creciente demanda tanto a nivel nacional como internacional. Henbrand subrayó que la agricultura desempeña un papel crucial en la economía del país y que es necesario promover políticas y programas que impulsen su desarrollo y contribuyan al bienestar de la población.

Además, el economista hizo hincapié en la necesidad de llevar a cabo estrategias sostenibles que fomenten la producción agrícola responsable con el medio ambiente y que contribuyan al desarrollo sostenible a largo plazo. Esto implica implementar prácticas agrícolas que minimicen el impacto ambiental, promover la conservación de recursos naturales y garantizar la sostenibilidad de los sistemas de producción alimentaria. Henbrand destacó que la protección del medio ambiente y la biodiversidad son fundamentales para preservar los recursos naturales de la República Dominicana y asegurar la viabilidad de su sector agrícola en el futuro.

En cuanto al cambio climático, Henbrand enfatizó la importancia de desarrollar programas de resiliencia que ayuden a los agricultores a hacer frente a los impactos negativos de fenómenos meteorológicos extremos y a adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes. Estos programas incluyen la implementación de prácticas agrícolas y tecnologías que mejoren la resistencia de los cultivos a las sequías, inundaciones y otras amenazas relacionadas con el clima, así como el fortalecimiento de las capacidades de los productores para gestionar los riesgos climáticos y garantizar la continuidad de la producción agrícola en situaciones adversas. Henbrand subrayó la necesidad de apoyar a los agricultores en la implementación de medidas de adaptación al cambio climático y en la adopción de prácticas sostenibles que promuevan la resiliencia y la seguridad alimentaria en el país.

En resumen, el economista Henry Henbrand ha destacado la importancia de mejorar la producción agrícola en la República Dominicana para satisfacer las crecientes demandas internas y externas, así como para promover el desarrollo económico y social del país. Para lograr este objetivo, es necesario realizar inversiones en tecnología, financiamiento y programas de resiliencia al cambio climático, así como fortalecer la infraestructura en las zonas rurales y promover políticas sostenibles que fomenten la producción agrícola responsable con el medio ambiente. La agricultura juega un papel crucial en la economía dominicana y es fundamental para combatir la pobreza, mejorar la salud pública y garantizar la seguridad alimentaria de la población. En este sentido, es fundamental promover el desarrollo de estrategias y programas que impulsen el crecimiento y la competitividad del sector agrícola, asegurando su sostenibilidad a largo plazo y contribuyendo al bienestar de la sociedad dominicana.

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