Grisalí Peña vivió momentos de angustia y desesperación al ver cómo su casa en el sector de Gurabo en Santiago quedaba completamente inundada luego de que el arroyo de Gurabo se desbordara. La calle 10 de Gurabo aún muestra rastros de lodo que indican el paso del agua. Al borde del río y del arroyo se pueden ver las marcas, deslizamientos y árboles caídos, revelando la magnitud de la inundación. Peña relata con lágrimas en los ojos cómo perdió todos sus electrodomésticos, la ropa de sus hijos y la de los adultos en la casa, las camas y todo lo que tenía. Recuerda que cuando el agua comenzó a subir, estaba cocinando y un vecino le gritó que el agua estaba llegando, pero cuando miró ya era demasiado tarde. Logró subir al segundo piso con sus hijos mientras la casa quedaba sumergida.

El puente de la calle 10 estaba lleno de basura y palos arrastrados por la corriente desde la fuente del río y del arroyo de Gurabo. En otras partes de Gurabo, la inundación solo llegó a erosionar la orilla del río, entrando a los patios pero sin penetrar en las casas. La tragedia dejó a las personas con lo puesto, pero entre ellos reina la vida, a pesar de haber perdido la mayoría de sus posesiones materiales. A pesar de la devastación, la solidaridad de la comunidad ha salido a flote, con vecinos ayudándose mutuamente a limpiar y reconstruir lo que el agua se llevó.

La lluvia intensa provocó que muchos ríos y arroyos en la zona se desbordaran, causando inundaciones y dejando a muchas familias damnificadas. La situación en Gurabo es solo un ejemplo de los estragos causados por las fuertes precipitaciones. Los habitantes de la zona se encuentran tratando de recuperarse y reconstruir sus hogares después de la tragedia. Las marcas que dejó el agua en las paredes de las casas y los escombros dispersos son testigos mudos de lo ocurrido.

Las autoridades locales han brindado apoyo a las familias afectadas, coordinando acciones de emergencia y brindando ayuda humanitaria. Sin embargo, la reconstrucción llevará tiempo y esfuerzo, ya que muchas personas lo han perdido todo y necesitan reconstruir desde cero. La solidaridad de la comunidad y el apoyo de organizaciones civiles y gubernamentales son fundamentales en esta etapa de recuperación post-desastre.

La vulnerabilidad de las comunidades ante eventos climáticos extremos ha quedado en evidencia una vez más, resaltando la importancia de la prevención y la preparación ante desastres naturales. Se necesitan medidas de adaptación al cambio climático y de fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades para hacer frente a situaciones como estas en el futuro. La reconstrucción de Gurabo y otras zonas afectadas por las inundaciones requerirá un enfoque integral que abarque desde la asistencia inmediata hasta la planificación a largo plazo para reducir el riesgo y la vulnerabilidad ante desastres. Es fundamental aprender de esta tragedia y tomar medidas para evitar que vuelva a ocurrir en el futuro.

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