El año pasado, América Latina fue inundada por diez millones de toneladas de acero chino, lo cual representa un récord y amenaza a la industria siderúrgica regional. En Chile, la principal acería, Huachipato, está en riesgo debido a la competencia desleal de China. La compañía ha anunciado la suspensión gradual de sus operaciones y se encuentra en peligro de cierre, lo que afectaría a 2,700 trabajadores y a otras 20,000 personas que dependen de ella. Se ha solicitado al gobierno imponer un gravamen del 25 % a las importaciones de acero para intentar frenar esta situación.

En Brasil, el mayor productor de acero de la región, también se ha visto afectado por las importaciones chinas, que crecieron un 50 % el año pasado. La producción nacional ha caído un 6.5 % y se han registrado despidos en empresas como Gerdau. Las siderúrgicas brasileñas también están solicitando un gravamen del 25 %, similar al impuesto por México a 205 productos de acero, alineando aranceles con los de Estados Unidos.

China ha aumentado su participación en el mercado mundial del acero en las últimas dos décadas, pasando del 15 % al 54 %. Esto se ha traducido en un incremento del 44 % en las importaciones de acero en América Latina en 2023, superando los 10 millones de toneladas. La preocupación por el exceso de capacidad de la siderurgia china se ha intensificado, ya que el menor dinamismo en su sector de construcción ha liberado producto para exportar.

En una visita a China, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos expresó preocupación por el exceso de producción de acero chino y afirmó que no permitirán que el mundo sea inundado por productos vendidos por debajo del costo. En 2018, Estados Unidos impuso un arancel adicional del 25 % al acero chino para proteger a su industria nacional. En este contexto, América Latina se enfrenta a una situación compleja en la que es necesario balancear la competencia con medidas de protección para sus industrias locales.

El posible cierre de Huachipato, una importante acería en el sur de Chile, tendría un impacto significativo en la economía local, afectando a miles de trabajadores y sus familias. La empresa ha solicitado un arancel del 25 % a las importaciones de acero para poder competir en igualdad de condiciones. Sin embargo, Chile firmó un Tratado de Libre Comercio con China en 2006, lo que podría limitar la adopción de medidas proteccionistas.

El impacto a corto plazo en la región dependerá de las acciones que China tome para reducir su exceso de producción de acero y de las iniciativas locales para restringir las importaciones. El acero es un sector clave en América Latina, generando 1.4 millones de empleos altamente especializados y difíciles de reconvertir. Para proteger a sus industrias locales, los países de la región deberán tomar decisiones estratégicas en un escenario de competencia global desigual.

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