El expresidente Donald Trump está llevando a cabo una estrategia política para mostrarse menos radical en cuanto al tema del aborto, consciente de que la mayoría de los estadounidenses se oponen a políticas restrictivas. En un intento por blanquear su imagen como defensor del antiabortismo, Trump descartó impulsar una prohibición a nivel nacional y sugirió que la legalidad del aborto debería ser decidida por cada estado. A pesar de estos intentos de suavizarse, su discurso choca con el hecho de que se jacta de haber facilitado la nominación de jueces conservadores para que el Tribunal Supremo revocara la sentencia Roe vs Wade en 2022.

Ante la preocupación por estados indecisos como Florida, Trump ha cambiado su discurso sobre el aborto por motivos políticos. El aborto será un tema crucial en las elecciones y el expresidente busca atraer votantes en estados críticos como Michigan, Wisconsin y Pensilvania. Desde el fin de la doctrina Roe vs Wade, varios estados conservadores han implementado leyes restrictivas contra el aborto, a pesar de que los ciudadanos han votado a favor de la libertad de elección en elecciones pasadas. Trump busca ganar el apoyo de radicales conservadores y su base de electorado MAGA, por lo que ha adoptado la postura "pro-vida".

El Partido Demócrata, por otro lado, ha puesto el tema del aborto en el centro de su campaña y se espera que siga siendo así. El presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris defienden los derechos de las mujeres y critican el enfoque antiabortista de Trump. A pesar de sus intentos de mostrarse más moderado, las organizaciones defensoras de los derechos reproductivos consideran que las palabras de Trump son huecas y sin sentido. Planned Parenthood asegura que, si se le presenta la oportunidad, Trump firmará cualquier ley en contra del aborto que se le ponga por delante, ya que su historial presidencial no muestra indicio de lo contrario.

En conclusión, Trump está tratando de suavizar su postura sobre el aborto por motivos políticos, pero sus acciones pasadas muestran su verdadera inclinación antiabortista. A pesar de que busca ganar votos en estados clave, su historial y las críticas de organizaciones defensoras de los derechos reproductivos reflejan un claro sesgo en contra del aborto. Mientras tanto, el Partido Demócrata continúa centrando el aborto en su campaña y promoviendo los derechos reproductivos de las mujeres. La lucha por el tema del aborto sigue siendo relevante en la política estadounidense, con ambos partidos posicionándose de manera clara en relación a este tema controvertido.

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