Miembros del Ejército de la República Dominicana (ERD) de la Dirección de Inteligencia G-2 y del 11º Batallón de Infantería, estacionados en la fortaleza de La Estrelleta, arrestaron a la peligrosa fugitiva haitiana Clairzier Emase mientras intentaba ingresar al país a través del municipio de Comendador, provincia de Elías Piña. Emase, fugitiva buscada por las autoridades haitianas, fue una de los 142 reclusos que escaparon de la prisión civil de Cabaret. Tras su captura, fue entregada a la Policía haitiana para procedimientos adicionales. Las autoridades haitianas habían compartido información con el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana sobre perfiles de criminales que habían escapado de varias cárceles en su país, advirtiendo que podrían buscar refugio en el territorio dominicano a lo largo de la frontera. En respuesta a esta alerta, el Mayor General Carlos Antonio Fernández Onofre, Comandante General del Ejército, emitió instrucciones inmediatas a todos los puestos fronterizos para permanecer vigilantes. Se desplegó tropas adicionales para operativos de patrulla e inteligencia a lo largo de toda la línea fronteriza para garantizar la seguridad de los ciudadanos dominicanos y resguardar los intereses nacionales.
En una preocupante escalada de violencia en Haití, bandas armadas lanzaron un ataque contra la mayor prisión civil del país, lo que resultó en la fuga de más del 97% de los internos. De los 3,696 prisioneros, 3,597 lograron huir, con al menos quince muertes reportadas, según grupos de derechos humanos y fuentes mediáticas citadas por la agencia de noticias EFE. Cerca de la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe, donde ocurrió el asalto, se descubrieron los cuerpos de 10 internos, según informaron fuentes locales. Pierre Espérance, director ejecutivo de la Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), describió la situación como una tragedia, enfatizando la presencia de numerosas víctimas. El gobierno haitiano confirmó lesiones entre los internos y el personal de la prisión durante el asalto, que tenía como objetivo liberar a los detenidos, especialmente aquellos involucrados en delitos graves como secuestro y asesinato.
El Gobierno dominicano condenó enérgicamente la violencia que sacude a Haití y expresó su solidaridad con el pueblo haitiano en estos momentos difíciles. Además, reafirmó su compromiso de colaborar estrechamente con las autoridades haitianas para mantener la seguridad en la frontera común y evitar que más fugitivos busquen refugio en su territorio. El General Fernández Onofre instó a la comunidad internacional a prestar atención a la situación en Haití y a brindar el apoyo necesario para restaurar la paz y el orden en el país vecino. La cooperación entre ambos países en materia de seguridad fronteriza es fundamental para garantizar la estabilidad en la región y proteger a sus ciudadanos de posibles amenazas provenientes de grupos delictivos. La captura de Emase resalta la importancia de la vigilancia constante y el intercambio de información para prevenir la entrada de fugitivos peligrosos a través de la frontera.
Con la colaboración de las autoridades haitianas, se espera que se tomen medidas para fortalecer la seguridad en las cárceles del país y prevenir futuras fugas masivas como la que recientemente ocurrió en la prisión de Cabaret. La crisis penitenciaria en Haití representa un desafío importante para las autoridades en materia de seguridad pública y control del crimen organizado, que requiere de medidas efectivas y coordinación entre las instituciones responsables. La detención de Emase es un paso positivo en la lucha contra la impunidad y el fortalecimiento de la cooperación regional para combatir el crimen transfronterizo. Como vecinos cercanos, la República Dominicana y Haití comparten la responsabilidad de garantizar la seguridad de sus habitantes y trabajar juntos para resolver los desafíos comunes que enfrentan en materia de seguridad. La captura de fugitivos como Emase demuestra que la colaboración y la coordinación entre ambos países son esenciales para mantener la estabilidad y la paz en la región fronteriza.