La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos impuso sanciones al expresidente de Haití, Michel Joseph Martelly, por su participación en el tráfico ilegal de drogas a nivel mundial. Se le acusa de abusar de su influencia para facilitar el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, participar en el lavado de dinero proveniente de la droga, colaborar con narcotraficantes haitianos y apoyar a pandillas. Se señala que en Haití existe una actividad generalizada de pandillas y abusos de derechos humanos, lo que facilita las actividades de tráfico de drogas.
Las élites políticas y empresariales de Haití han estado involucradas durante mucho tiempo en el tráfico de drogas, según la OFAC. Se han vinculado a pandillas responsables de la violencia que ha desestabilizado al país. El subsecretario interino de Terrorismo e Inteligencia Financiera, Bradley T. Smith, enfatiza que la acción contra Martelly destaca el papel significativo y desestabilizador que él y otras élites políticas corruptas han desempeñado en la crisis actual en Haití. Las sanciones impuestas incluyen la prohibición para las instituciones financieras estadounidenses de otorgar préstamos o crédito a Martelly, así como la prohibición de realizar transacciones en divisas sujetas a la jurisdicción de Estados Unidos en las que Martelly tenga algún interés.
Además, se prohíbe a los ciudadanos estadounidenses invertir en acciones o instrumentos de deuda del expresidente Martelly. La OFAC considera que estas medidas contribuirán a la lucha contra el tráfico de drogas y al fortalecimiento de la aplicación de la ley en Haití. Martelly, quien gobernó el país de 2011 a 2016, es uno de los políticos haitianos sancionados por su presunta participación en actividades delictivas relacionadas con el narcotráfico y la corrupción.
Las sanciones forman parte de los esfuerzos continuos de Estados Unidos para combatir el tráfico de drogas a nivel internacional y para promover la estabilidad y la seguridad en Haití. Este país caribeño ha enfrentado numerosos desafíos, incluida la inestabilidad política, la corrupción y la violencia de pandillas. La imposición de sanciones a Martelly es un paso más en el compromiso de Estados Unidos de promover la transparencia y la rendición de cuentas en Haití y de apoyar al pueblo haitiano en la construcción de un futuro seguro y próspero.
La decisión de la OFAC de sancionar a Martelly envía un mensaje claro de que Estados Unidos no tolerará la participación de líderes políticos en actividades ilícitas, como el tráfico de drogas. Se espera que estas medidas contribuyan a debilitar las redes criminales que operan en Haití y a desalentar a otros políticos corruptos de seguir el mismo camino. El gobierno de Estados Unidos continuará monitoreando de cerca la situación en Haití y tomando medidas firmes contra aquellos que socavan la democracia y la paz en el país.