El dirigente opositor venezolano Edmundo González Urrutia está preparado para su posible detención si regresa a Caracas para asumir la presidencia y aboga por una transición pacífica en la que el chavismo pueda encontrar un espacio y Nicolás Maduro pueda permanecer en el país. González Urrutia confirma su intención de viajar a Caracas para asumir el cargo con el respaldo de los 7,3 millones de votos que asegura haber obtenido en las elecciones del 28 de julio, frente a los poco más de 3 millones atribuidos a Maduro.

Tras las elecciones, la coalición opositora Plataforma Unitaria Democrática ha denunciado como fraudulenta la victoria de Maduro y defendido a González Urrutia como presidente electo. El exdiplomático confía en que, si regresa a Caracas para asumir la presidencia, no será detenido, pero está moralmente preparado en caso de que ocurra. En caso de asumir el cargo, aboga por negociaciones para una transición ordenada, la liberación de presos políticos y la convivencia pacífica en Venezuela.

González Urrutia considera que en una transición en Venezuela el chavismo debería tener un espacio y encontrar un lugar en el país. Destaca la importancia de la reconciliación de los venezolanos como tarea fundamental y busca abrir un espacio para la recuperación política, económica y social de Venezuela. Afirma que la constitución venezolana solo permite a un presidente y que él es quien asumirá el cargo el 10 de enero.

En cuanto a la acción internacional, González Urrutia reconoce que ha sido reconocido como presidente electo por Estados Unidos y espera que la nueva etapa de Donald Trump pueda contribuir a una transición pacífica en Venezuela. Agradece el apoyo de los vecinos latinoamericanos y la Unión Europea en favor de la transición en su país. En España, donde se siente como en casa, destaca el respaldo recibido por parte del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

En relación con la situación en Venezuela y posibles escenarios de conflicto, González Urrutia confía en la movilización masiva tanto en Venezuela como en diversas capitales del mundo en respuesta a las convocatorias de manifestación. Reconoce la posibilidad de tensiones y pulso entre los diferentes actores políticos, pero apuesta por una salida pacífica y recomienda la salida de Maduro por el bienestar de todos los venezolanos. Considera que las acciones del gobierno contra él y otros opositores son signos de debilidad y confía en el papel de las fuerzas armadas y la sociedad en una eventual transición.

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