Este miércoles se llevó a cabo la Operación Búfalo NK, donde se decomisaron alrededor de dos toneladas de cocaína con el objetivo de desmantelar una red de narcotráfico transnacional y lavado de activos. Durante la operación, se capturaron a 10 personas vinculadas a la red y se confiscaron armas de fuego, dinero en efectivo y documentos personales de los detenidos. Según la investigación, los implicados habrían movilizado grandes cargamentos de droga desde Colombia y Venezuela hacia Puerto Rico, Estados Unidos y Europa vía República Dominicana.
La logística incluía el transporte de la droga en lanchas rápidas y barcos pesqueros hacia Estados Unidos y Europa, donde el valor de la droga se triplicaba, generando ganancias ilícitas exorbitantes para los miembros de la estructura criminal. La operación involucró a más de 400 efectivos, unidades marítimas, aéreas y terrestres, coordinados por 47 fiscales que ejecutaron 37 órdenes de allanamientos de manera simultánea. Aún se encuentran activas las operaciones mientras se procesan las evidencias y los bienes ocupados.
Las autoridades involucradas en la operación incluyen al Ministerio Público, la Dirección Nacional de Control de Drogas, el Ministerio de Defensa y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, entre otros. Se desplegaron operaciones por aire, mar y tierra en varias provincias de República Dominicana. Durante la investigación se identificó a Rafael Ynoa Santana y a Isidoro Rotestan Clase como cabecillas de la red criminal, dedicada también al sicariato, cobro compulsivo y lavado de activos, quienes fueron detenidos durante la operación.
Se descubrió que Ynoa Santana tenía conexiones con el colombiano Juan Carlos López Macías "El Sobrino", cabecilla de una organización de narcotráfico internacional vinculada a organizaciones criminales colombianas y mexicanas. Alias el Sobrino fue arrestado durante la Operación "Troya" en varias ciudades de Colombia. Se destaca la cooperación internacional en este caso, ya que se utilizaron pruebas comunes aportadas por Colombia a requerimiento de República Dominicana para fortalecer la investigación y la judicialización de la organización de narcotráfico en el país caribeño.
Esta operación representa un importante golpe al narcotráfico y al lavado de activos en la región. La colaboración entre diferentes entidades y países ha sido fundamental para el éxito de la operación. La investigación continúa para desarticular completamente la red criminal y llevar a los responsables ante la justicia. Es un paso importante en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en la región, demostrando la efectividad de la cooperación internacional en la lucha contra este flagelo.
