Un temblor de magnitud 4,8 sacudió a Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut el viernes por la mañana, causando alarma entre la comunidad dominicana que reside en la zona. El Servicio Geológico de Estados Unidos informó que el temblor se originó en el poblado de Lebanon, Nueva Jersey, a unos 80 kilómetros de Manhattan. A pesar de que derribó estatuillas y causó que miles de hogares sintieran los movimientos de muebles y electrodomésticos, no se reportaron consecuencias graves para los ciudadanos.

Este evento se suma a un terremoto de magnitud 1,7 que afectó a la ciudad de Nueva York el 2 de enero, provocando pequeñas explosiones en la isla Roosevelt, entre Manhattan y Queens. Los dominicanos, al igual que otras comunidades étnicas, mantuvieron sus líneas telefónicas ocupadas llamando a familiares, amigos y conocidos para asegurarse de su estado. La preocupación y el susto entre la comunidad dominicana y otros residentes de la zona fue evidente tras el temblor.

Las autoridades no reportaron daños graves debido al temblor, pero se recomienda a los residentes mantenerse alerta y estar preparados en caso de futuros eventos sísmicos. La rápida comunicación a través de teléfonos celulares y redes sociales permitió a los dominicanos mantenerse informados y tranquilizar a sus seres queridos en medio de la situación. Es fundamental mantener la calma y seguir las instrucciones de seguridad en caso de emergencias de este tipo.

El temblor en Nueva Jersey también se sintió en Nueva York, generando una ola de llamadas y mensajes entre la comunidad dominicana y otras comunidades afectadas. A medida que la noticia se propagaba, se compartían consejos de seguridad y se ofrecía apoyo mutuo entre los residentes. Aunque estos eventos naturales pueden ser inesperados y generar ansiedad, es importante estar preparados y mantener la calma para garantizar la seguridad de todos los implicados.

La solidaridad y el apoyo comunitario fueron evidentes entre los dominicanos y otras comunidades afectadas por el temblor en Nueva Jersey. La comunicación y la colaboración fueron clave para asegurar que todos estuvieran informados y seguros tras el evento sísmico. A pesar de la preocupación inicial, no se reportaron daños graves y la situación se manejó de manera eficiente gracias a la rápida respuesta de las autoridades y la solidaridad de la comunidad. Es crucial mantenerse informado y seguir las recomendaciones de seguridad en caso de futuros temblores.

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