Posiciones encontradas expresaron destacados ambientalistas sobre los daños al medio ambiente de la minería en el territorio dominicano, luego que el Ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte, afirmara que “ecologistas radicales” frenan el desarrollo económico del país poniendo trabas a la implementación de importantes proyectos mineros, como Loma Romero, en San Juan de la Maguana. El ecologista Euren Cuevas Medina, profesor y miembro de la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), aseguró que ese proyecto, que impactaría 209 millones de kilómetros en la Cordillera Central, afectará negativamente la producción de agua y alimentos en la provincia San Juan. “La oposición se debe a que en la Cordillera Central nace la mayor cantidad de ríos del país, principalmente, los que dan agua a las provincias de la región Enriquillo y San Juan”, precisó Cuevas Medina, director del Instituto de Abogados para la protección del Medio Ambiente (INSAPROMA).

Dijo que los “ambientalistas radicales” que rechazan ese proyecto minero son científicos hidrólogos, biólogos, geólogos, agrupados en la Academia de Ciencias, el Grupo Jaragua y la Comisión Ambiental de la UASD. Indicó que a ese proyecto se opone la sociedad de San Juan, incluyendo el senador, los diputados, los agricultores y las iglesia Católica y evangélicas. Osiris de León, experto en geociencias, minería, hidrogeología y medio ambiente y miembro de la Academia de Ciencias de RD, negó que la minería consume el agua disponible en una región minera. “Los datos de los organismos internacionales muestran claramente que, del 100% del agua disponible, la agricultura consume el 80%, las ciudades y las industrias consumen el 18% y la minería consume apenas el 2%”, precisó.

Opinó que la minería, la agricultura y el medio ambiente pueden coexistir de manera regulada. “Están obligadas a coexistir en los espacios donde hay recursos mineros y suelos agrícolas, más allá de voces de ambientalistas radicales citadas por el ministro de Energía y Minas”, indicó. Aseguró que muchos de esas voces no provienen de reales ambientalistas, sino de opositores del desarrollo y, a veces, opositores políticos que hacen oposición radical a todo tipo de minería, bajo el pretexto de que la minería degrada el medioambiente. De León explicó que los cuatro factores responsables de la contaminación ambiental global de los suelos son los plaguicidas agrícolas, los plásticos, los químicos industriales y los desechos sólidos urbanos, lo que indica que la minería no es la causa de la contaminación global en los suelos.

Javier Rodríguez, miembro de la Sociedad Dominicana de Geología e investigador del Observatorio Sismológico del Politécnico Loyola, favoreció los criterios de Almonte, tras señalar que “el país necesita la minería para su desarrollo”. “Claro tiene que ser una minería sostenible. Tiene que ir de la mano con la protección al medio ambiente”, indicó, en declaraciones telefónicas. Cuestionó a los “ambientalistas refugiados, que son aquellos que salen del régimen comunista, que se refugian en el sector para evitar el progreso y el desarrollo”. Aseguró que hay otro tipo de ambientalistas, que “los académicos, los profesionales de verdad que escuchan, ven las leyes, las modifican y esperan que las cosas fluyan a través de las leyes y los organismos que tenemos”. “Para eso tenemos la Ley 6400 que es la Ley de Medio Ambiente”, insistió el Rodríguez. La minería tendrá algunas imperfecciones, pero es beneficiosa para todos”, dijo.

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