Después de cinco días hospitalizado, el comandante de la cárcel 15 de Azua, coronel de la Policía Ricardo Bidó, fue dado de alta del Hospital General Docente de la Policía Nacional (Hosgedopol). El coronel había sido baleado por un recluso que lo mantenía como rehén, y este recluso resultó muerto en una operación de rescate de la Policía Nacional. El vocero de la Policía, Diego Pesqueira, informó que el coronel se está recuperando de las tres heridas de bala que le propinó el recluso Maikol Deivy Ramírez, quien cumplía una condena de 20 años por el asesinato de un policía, del cual ya había cumplido 14 años. El director general de Prisiones, Roberto Hernández Basilio, aseguró que el coronel está en buen estado y que se está investigando cómo el recluso logró introducir un arma de fuego en la prisión, siendo el Ministerio Público quien lleva a cabo la investigación en Azua.

El informe policial indica que la operación de rescate del coronel se llevó a cabo después de que el recluso Maikol Deivy Ramírez mantuviera retenidos al coronel y al agente penitenciario Alberto Montilla, ambos en la oficina del oficial superior en el centro penitenciario. El recluso de 38 años, también conocido como Yembrón, al parecer portaba un arma de fuego durante el secuestro. La operación de rescate resultó en la muerte del recluso, en un intento de liberar al coronel y al agente penitenciario. A pesar de la situación complicada, el coronel ha sido dado de alta y se está recuperando de las heridas de bala.

La noticia de este incidente en la cárcel 15 de Azua ha generado preocupación en el país, ya que se desconoce cómo el recluso logró ingresar un arma de fuego a la prisión y retener a las autoridades. El director de Prisiones ha reconocido que se deben reforzar los protocolos de seguridad en las cárceles para evitar situaciones como estas. La investigación del Ministerio Público buscará determinar cómo se dieron los hechos y si hubo algún tipo de complicidad o negligencia en este caso. Es fundamental garantizar la seguridad de las autoridades y el personal penitenciario en todos los centros de detención del país.

El recluso fallecido, Maikol Deivy Ramírez, había sido condenado a 20 años de prisión por el asesinato de un policía, del cual ya había cumplido 14 años. Su historia delictiva y su capacidad para ingresar un arma de fuego a la cárcel plantean serias interrogantes sobre la seguridad en el sistema penitenciario dominicano. Las autoridades deberán revisar los protocolos de ingreso de objetos prohibidos en las cárceles y reforzar las medidas de vigilancia para prevenir incidentes como este en el futuro. La recuperación del coronel Ricardo Bidó es una buena noticia, pero no debe opacar la necesidad de abordar los problemas de seguridad en las prisiones del país.

Este incidente en la cárcel 15 de Azua destaca la vulnerabilidad de las autoridades y el personal penitenciario frente a situaciones de violencia dentro de los centros de detención. La necesidad de fortalecer la seguridad en las cárceles es evidente, así como de mejorar la supervisión y control de los reclusos para prevenir casos como el ocurrido con el recluso Maikol Deivy Ramírez. Es fundamental que las autoridades penitenciarias adopten medidas más estrictas para evitar la introducción de armas u objetos peligrosos en las prisiones y garantizar la protección de los internos y el personal en todo momento. La investigación en curso del Ministerio Público será clave para esclarecer lo sucedido y tomar medidas para evitar que incidentes similares ocurran en el futuro.

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