Dos templos católicos importantes en la provincia de Espaillat, Moca, fueron profanados por delincuentes que se llevaron objetos y una alcancía con las ofrendas de los feligreses. Ramón Genao, presidente de la asamblea, denunció que la parroquia Nuestra Señora del Rosario y el santuario Sagrado Corazón de Jesús fueron los afectados. La Policía Nacional en Moca informó que arrestaron a José Angel Cruz (El Modo) como parte de la investigación de los robos a las iglesias, y se encontró que tenía en su posesión la alcancía con 400 pesos en efectivo.

Según Genao, los robos y profanaciones en las iglesias de Moca son frecuentes, y se sospecha que los responsables son los llamados "piperos", que cometen estos actos para obtener sustancias controladas o prohibidas. Los habitantes de Moca expresan su preocupación por la falta de vigilancia en la zona y la creciente ola de robos y atracos. Miguel Antonio Rojas, un obrero local, manifestó su frustración ante la situación y la sensación de impunidad que se vive.

En medio de este clima de inseguridad, Leticia Peña, una fiel seguidora de la Iglesia, hace un llamado a las autoridades policiales para que aumenten la vigilancia, especialmente durante las horas de la noche y la madrugada. La comunidad religiosa y los habitantes de Moca piden medidas concretas para enfrentar este problema y proteger los lugares de culto de futuros actos delictivos. La profanación de templos y robo de objetos sagrados representa una afrenta no solo a la comunidad católica, sino también a la tranquilidad y la paz pública en la provincia.

La importancia de los templos católicos en la provincia de Espaillat, Moca, se ve empañada por estos actos vandálicos que socavan la fe de los creyentes y generan un ambiente de inseguridad en la comunidad. La detención de un presunto responsable de los robos es un primer paso en la investigación, pero la población exige acciones concretas para prevenir futuros incidentes. La cooperación entre las autoridades policiales y la sociedad civil es fundamental para proteger los espacios de culto y garantizar la seguridad de los ciudadanos.

La profanación de templos religiosos es un acto reprensible que atenta contra la libertad de culto y el respeto a las creencias de la comunidad. Las autoridades locales deben redoblar sus esfuerzos para identificar a los responsables de estos delitos y llevarlos ante la justicia. La solidaridad y la unidad entre los habitantes de Moca son clave para enfrentar esta situación y trabajar juntos en la protección de sus valores e instituciones. Es necesario reforzar la educación cívica y el respeto mutuo para evitar la repetición de estos hechos lamentables en el futuro.

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