José Ricardo Taveras, exdirector de Migración, afirmó que la presencia de 600 policías de Kenia en Haití no resolverá los problemas de las bandas, criminalidad y emigración que enfrenta el país. Según Taveras, lo que realmente se necesita es una buena administración y la implementación de un plan Marshall a través de Naciones Unidas, seguido de un fideicomiso y el reconocimiento del colapso del Estado haitiano.

El abogado Taveras señaló que Haití se ha convertido en una "sociedad anónima" debido a que muchos de sus residentes han hecho de la emigración su forma de vida. Afirmó que a pesar de recibir grandes cantidades de dinero, este no se destina a los actores políticos, sino a las organizaciones no gubernamentales que han hecho de la ayuda un negocio. Por lo tanto, considera que la presencia de militares kenianos en Haití no tendrá un impacto significativo.

El pasado 25 de julio, una misión multinacional compuesta por 400 policías llegó a Haití, seguida ayer por otros 200 uniformados de Kenia. Esta misión tiene como objetivo brindar seguridad en el país, aunque Taveras duda de la efectividad de esta medida. Considera que la élite haitiana es la principal responsable de la gran cantidad de indocumentados que entran al país, ya que se benefician de esta situación, especialmente a través de las remesas.

La élite haitiana, según Taveras, no permite al gobierno ejercer control migratorio y considera que mientras más haitianos salgan del país, mejor será para la economía, ya que las remesas son el principal rubro de ingresos para Haití. Por lo tanto, sugiere que la élite incita a los gobernantes a permitir la salida de indocumentados sin asumir responsabilidad alguna. En este sentido, el exfuncionario abogó por asumir un papel patriótico para evitar que la élite continúe utilizando la emigración como un beneficio económico.

En resumen, José Ricardo Taveras considera que la problemática de Haití no se resolverá con la presencia de policías extranjeros, sino que se requiere de una buena administración y de medidas más profundas como un plan Marshall y un fideicomiso a través de la ONU. Además, señala que la élite haitiana se beneficia económicamente de la emigración y las remesas, impidiendo el control migratorio por parte del gobierno y fomentando la salida de indocumentados. Por tanto, sugiere la necesidad de asumir un papel patriótico para evitar que esta situación se mantenga.

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