Las olas de calor y el calor extremo pueden afectar gravemente la salud de los niños, que son especialmente vulnerables a las enfermedades relacionadas con el calor. La pediatra Luly Gil ofrece recomendaciones para prevenir el golpe de calor y otros problemas derivados de las altas temperaturas. Es fundamental conocer las medidas preventivas, como la hidratación adecuada. A partir de los 6 meses, los bebés pueden comenzar a beber agua, aunque en pequeñas cantidades, ya que la mayor parte de sus líquidos proviene de la leche materna o la fórmula. Se recomienda que los bebés de 6 a 12 meses solo necesiten entre 4 a 8 onzas de agua al día, mientras que los niños mayores requieren entre 7 y 8 vasos diarios.

Se debe limitar el consumo de bebidas azucaradas, como los jugos, ya que contienen altos niveles de azúcar y calorías. Es importante evitar las bebidas con alto contenido de azúcar, ya que pueden derivar en problemas de salud. Los padres deben estar atentos a las señales de deshidratación en sus hijos, que varían según la edad. En recién nacidos, las señales incluyen ojos hundidos, boca seca, menos pañales mojados y somnolencia excesiva. En niños mayores y adolescentes, las señales incluyen sequedad de labios, menos micción y somnolencia.

Para combatir el calor, es importante mantener a los niños hidratados, vestirlos con ropa liviana, planificar tiempos de descanso adicionales, mantenerlos refrescados y nunca dejarlos en un automóvil caliente. Durante el ejercicio, los niños deben beber suficiente agua para mantenerse hidratados. Si se presentan síntomas de deshidratación o agotamiento por calor en un niño, es crucial acudir de inmediato a una sala de emergencia. La prevención y una respuesta rápida son fundamentales para proteger a los niños durante las olas de calor extremo.

En cuanto a la hidratación, se recomienda que los bebés de 6 a 12 meses necesiten entre 4 y 8 onzas de agua al día, mientras que los niños de 1 a 3 años necesitan aproximadamente 4 vasos de líquidos por día, incluyendo agua o leche. Los niños de 4 a 8 años necesitan alrededor de 5 vasos diarios y los niños mayores requieren entre 7 y 8 vasos de líquidos al día. Se aconseja limitar el consumo de jugos, ya que incluso los jugos 100% naturales tienen un alto contenido de azúcar y calorías.

Es fundamental evitar las bebidas azucaradas y estar atentos a las señales de deshidratación en los niños, que varían según la edad. Los padres deben seguir consejos para combatir el calor, como mantener a los niños hidratados, vestirlos con ropa liviana, planificar tiempos de descanso adicionales, mantenerlos frescos y nunca dejarlos en un automóvil caliente. Durante el ejercicio, es importante que los niños beban la cantidad adecuada de agua para mantenerse hidratados y, en caso de presentar síntomas de deshidratación o agotamiento por calor, es crucial acudir de inmediato a una sala de emergencia para recibir atención médica.

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