Según datos de la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correcciones, un total de 55 internos en los seis centros penitenciarios de la región Este viven con el virus del VIH. El Centro de Privación de Libertad de El Seibo lidera la lista con 14 reclusos infectados, seguido del Centro de Corrección y Rehabilitación Anamuya Higüey con 12. En el Centro de Corrección Cucama La Romana hay 11 casos, en San Pedro de Macorís 9, y en Monte Plata 7. Además, dos internas del Centro de Mujeres de Higüey también portan el virus. Todos los internos están recibiendo tratamiento médico, aunque algunos están en proceso de inclusión por haber sido detectados recientemente.
Daniel de la Cruz Guzmán, presidente provincial de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de La Altagracia, denunció las precarias condiciones de vida de los reclusos con VIH en las cárceles de la región. Según Guzmán, estos internos no reciben la atención médica adecuada ni una alimentación balanceada, lo cual empeora su estado de salud. Señaló que los reclusos con VIH sufren mucho, no tienen una alimentación adecuada y la atención médica es deficiente. Además, conviven en las mismas celdas con otros reclusos, sin ninguna separación.
El activista hizo un llamado a las autoridades a tomar medidas urgentes para mejorar las condiciones de vida de los internos con VIH, quienes necesitan atención especializada y una alimentación adecuada para controlar la enfermedad. Propuso la creación de áreas específicas para reclusos con enfermedades crónicas y una mayor inversión en servicios de salud dentro de los centros penitenciarios. Guzmán instó a las autoridades a garantizar un trato digno y respetuoso para todos los internos, independientemente de su condición de salud.
La situación de los reclusos con VIH en las cárceles de la región Este pone de manifiesto la necesidad de mejorar las condiciones de vida de estos internos y garantizarles un trato adecuado. La falta de atención médica y una alimentación balanceada pueden agravar su estado de salud y afectar su calidad de vida. Es fundamental que las autoridades tomen medidas urgentes para garantizar que los internos con VIH reciban el cuidado y la atención que necesitan para controlar la enfermedad.
Es importante destacar la importancia de la sensibilización y la educación en torno al VIH en el ámbito penitenciario, para promover una mayor conciencia sobre la enfermedad y garantizar un adecuado tratamiento y cuidado para los internos infectados. La creación de áreas específicas para reclusos con enfermedades crónicas, como el VIH, y una mayor inversión en servicios de salud dentro de las cárceles son medidas clave para mejorar la calidad de vida de estos internos y garantizar su bienestar. Es necesario actuar de manera urgente para proteger la salud y los derechos de los reclusos con VIH en la región Este.