El historiador Juan Daniel Balcácer explicó que la ocupación de EE. UU. de 1916 fue el resultado de la inestabilidad política y del desconocimiento de la Constitución Dominicana, lo que dio paso al fin del periodo conocido en la historia del país como la Segunda República. Durante el XIV Congreso Dominicano de Historia, celebrado por la Sección Nacional Dominicana del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (PAIGH) el 12 de julio de 1924, se realizó esta declaración en conmemoración del primer centenario de la salida de las tropas estadounidenses del país.

En el discurso, José Chez Checo leyó las palabras de Balcácer, quien no pudo asistir, e indicó que los estadounidenses ingresaron a Santo Domingo bajo el pretexto de que las autoridades locales habían violado repetidamente el tercer artículo de la convención del 8 de febrero de 1907, y de que el país necesitaba paz, orden financiero y disciplina. A pesar de la resistencia del pueblo dominicano y su negativa a perder su soberanía, la ocupación militar se convirtió en una dictadura aún más cruel y despiadada que la impuesta por Ulises Heureaux (Lilís).

Durante los ocho años de ocupación, hubo resistencia armada en diferentes áreas del país, y surgieron diversos grupos patrióticos, incluida la Comisión Nacionalista Dominicana, presidida por el Dr. Francisco Henríquez y Carvajal, quien prometió encargarse de recuperar el territorio nacional. Sin embargo, tras varias negociaciones fallidas, no fue hasta que Francisco J. Peynado viajó a Estados Unidos el 23 de septiembre de 1922 y se finalizó el Plan Hughes-Peynado, poniendo fin a la intervención estadounidense.

El congreso, al que asistieron diversos historiadores nacionales e internacionales, se llevó a cabo con el objetivo principal de contribuir a una mejor comprensión de la ocupación militar como un evento histórico significativo. En este sentido, Cenia Correa, directora de geografía del Instituto Geográfico Nacional, destacó la importancia de celebrar este tipo de conferencias, ya que, en su opinión, la enseñanza de la historia en las escuelas es deficiente.

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