Canadá ha anunciado un recargo del 100% sobre las importaciones de vehículos eléctricos y otros productos chinos a partir de octubre en nombre de una supuesta "competencia desleal", lo que ha provocado el "fuerte descontento" de China. China considera que esta decisión es un acto de proteccionismo comercial con motivaciones políticas y que va en contra de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). La Embajada china en Canadá ha señalado que esta acción socavará la cooperación económica y comercial entre ambos países, afectando a los consumidores y empresas canadienses, así como ralentizando la transición verde en Canadá.
Las marcas chinas de vehículos eléctricos aún no están presentes en Canadá, pero el gigante chino BYD ha creado una entidad en el país y planea ingresar al mercado canadiense el próximo año. Las grandes potencias occidentales acusan a China de ofrecer subvenciones a las empresas de vehículos eléctricos, lo que les brinda una ventaja desleal en el comercio mundial al permitirles no obtener beneficios. Estados Unidos y la Unión Europea también han impuesto aranceles a productos chinos en respuesta a esta supuesta competencia desleal.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha defendido la decisión de imponer estos aranceles argumentando que China no respeta las mismas reglas que otros países y que es necesario proteger los empleos y los intereses canadienses. El Viceprimer Ministro canadiense ha anunciado una consulta de 30 días sobre posibles aranceles a otros productos chinos, como baterías, piezas de baterías, semiconductores, minerales críticos, metales y paneles solares. Esta medida busca proteger la economía canadiense y garantizar una competencia justa en el mercado.
La Unión Europea también ha adoptado aranceles adicionales a vehículos eléctricos chinos, siguiendo la misma línea de proteccionismo comercial contra lo que considera competencia desleal por parte de China. La política de imponer aranceles a productos chinos se ha extendido a nivel mundial, con Estados Unidos y la UE también tomando medidas en este sentido. Esto refleja una preocupación generalizada por la forma en que China está manejando su comercio exterior y las repercusiones que esto tiene en el mercado internacional.
La controversia entre Canadá y China por los aranceles impuestos a los vehículos eléctricos y otros productos chinos refleja las tensiones comerciales actuales entre diferentes países y regiones. Mientras Canadá busca proteger su economía y sus intereses comerciales, China ve estas medidas como un obstáculo para su cooperación económica con otros países. La imposición de aranceles y el aumento de la competencia en el mercado de vehículos eléctricos muestran la importancia de establecer reglas claras y equitativas en el comercio internacional para garantizar una competencia justa y proteger los intereses de todos los países involucrados.