El Banco Central de China decidió mantener sin cambios la tasa de interés clave en un 2.5% el lunes, a pesar de los datos de mayo que mostraron una debilidad persistente en los sectores manufacturero y de bienes raíces. La producción fabril bajó un 5.6% en mayo en comparación con el año anterior, aunque los analistas señalaron que esta cifra pudo haber sido afectada por la menor cantidad de días laborales este año. Las inversiones en propiedades disminuyeron un 10% interanual y las ventas de viviendas cayeron un 30.5%, lo que indica que las medidas para estimular el sector inmobiliario aún no han tenido efecto. Los precios de las viviendas en ciudades principales como Beijing y Shanghái también disminuyeron en un 3.2%.

El sector inmobiliario ha experimentado un declive debido a las medidas contra los créditos excesivos de los desarrolladores de propiedades en años anteriores. Muchas empresas se han declarado incapaces de pagar sus deudas y han tenido dificultades para entregar apartamentos ya pagados, lo que ha afectado a contratistas, proveedores de materiales de construcción y otros sectores. Lynn Song, economista especializada en China de ING Economics, mencionó que los datos actuales son desalentadores y podrían encender alarmas, ya que las medidas aplicadas en mayo no han logrado reducir la caída de los precios de las viviendas ni estabilizar el mercado. La pandemia de COVID-19 también ha contribuido a la pérdida de empleos y a la disminución de la confianza de los consumidores chinos.

Liu Aihua, vocera de la Oficina Nacional de Estadísticas de Beijing, declaró que aunque el ambiente externo es complejo y la economía nacional enfrenta desafíos, los datos fundamentales de recuperación económica a largo plazo no han cambiado. China ha enfocado sus esfuerzos en dirigir los gastos hacia sectores considerados de alta prioridad, como las industrias de alta tecnología, en lugar de reducir tasas de interés ya bajas. Este enfoque busca estimular el crecimiento económico y la estabilidad a largo plazo. Sin embargo, la situación actual ha dejado a muchas familias chinas renuentes o incapaces de gastar, lo que ha impactado negativamente en la economía.

La caída en el sector inmobiliario y en la producción manufacturera ha generado preocupación entre los analistas, ya que esto podría afectar el crecimiento económico de China. A pesar de que las medidas implementadas por el gobierno en mayo no han logrado revertir esta tendencia, se espera que el país continúe trabajando en medidas para estimular la economía y mantener su crecimiento a largo plazo. La situación actual refleja los desafíos económicos que enfrenta China en medio de la pandemia y las tensiones comerciales con otros países, pero las autoridades se mantienen optimistas sobre las oportunidades de desarrollo económico en el futuro.

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