Las autoridades chinas anunciaron un paquete de estímulos para reavivar la recuperación de la segunda economía mundial. El Banco Popular de China reducirá los fondos que un banco no puede prestar y rebajará las tasas para financiar a los bancos, lo que podría resultar en una bajada de tasas de interés. Se reducirán los intereses de los préstamos hipotecarios existentes y la cuota mínima de entrada para comprar una segunda vivienda. Se dará apoyo a un plan para convertir casas sin vender en viviendas sociales. También se ofrecerán financiamientos a firmas de valores, fondos y aseguradoras, y créditos para que las empresas que cotizan en bolsa recompren sus acciones y eleven su valor en el mercado.
Las autoridades también trabajan en garantizar la estabilidad de los bancos y fortalecer la fortaleza financiera de las mayores entidades del país. A pesar de haberse mostrado contrarias a estímulos de calado, ahora se apuesta por medidas más amplias para contrarrestar la baja demanda nacional e internacional, los riesgos de deflación, la crisis inmobiliaria, la falta de confianza en los consumidores y el sector privado. Se busca reavivar la recuperación económica china ante los temores sobre si podrá cumplir su objetivo de crecimiento este año, que es de alrededor del 5 %.
Estas medidas se anuncian después de que los datos económicos de agosto en China fueran peores de lo esperado y de que el presidente Xi Jinping llamara a elevar los esfuerzos para alcanzar el objetivo de crecimiento. Aunque los expertos consideran que las medidas son un paso en la dirección correcta, creen que serán insuficientes para reavivar la recuperación económica china a menos que vengan acompañadas de un mayor gasto público. Sin embargo, esta cuestión podría chocar con las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda.
Hasta ahora, las autoridades chinas habían optado por medidas más limitadas para evitar repetir las altas tasas de inflación que lastraron las economías desarrolladas tras la pandemia, así como para proteger el tipo de cambio del yuan. Sin embargo, la reciente rebaja de tasas de interés en Estados Unidos ofrece más margen de maniobra a Pekín. La baja demanda nacional e internacional, la crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo y la falta de confianza son algunas de las causas que los analistas señalan para explicar la situación económica en la segunda mayor economía mundial.
En resumen, China está tomando medidas para reavivar su economía, incluyendo la reducción de los fondos que los bancos no pueden prestar, la rebaja de las tasas de interés, el apoyo a empresas del sector financiero, inmobiliario y de valores, así como la implementación de medidas para estabilizar el mercado. Aunque se considera que estas acciones son un paso en la dirección correcta, se cree que serán insuficientes para lograr una recuperación total sin un mayor gasto público, lo cual podría plantear preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda.