La Copa América de Estados Unidos ha sido un fracaso para Brasil, con una actuación pobre y desorganizada. Dorival Júnior, el nuevo entrenador, ha logrado mantenerse invicto en ocho partidos, pero el rendimiento del equipo deja mucho que desear. La prensa brasileña ha calificado la eliminación en cuartos de final como un "bochorno" y señala la falta de juego vistoso como una de las claves del revés. Sin Neymar en el campo, Brasil careció de un líder y un director de orquesta que pudiera generar fútbol.

La decepción de la afición brasileña se evidenció en la falta de profundidad y creatividad en el juego del equipo durante la Copa América. El empate sin goles en el debut ante Costa Rica activó las alarmas y, a pesar de una victoria frente a Paraguay, Brasil volvió a mostrar un rendimiento gris ante Colombia. La expulsión de Nahitan Nández en cuartos de final no fue aprovechada por Brasil, que no logró imponer su juego en los últimos veinte minutos. La ausencia de Neymar dejó un vacío en el centro del campo que no fue llenado por Lucas Paquetá.

La expectativa por ver a Vinícius y Rodrygo brillar en la Copa América no se cumplió, ya que ambos jugadores no pudieron destacar en el torneo. Rodrygo, quien asumió el dorsal 10 de Pelé y Neymar, no logró marcar ningún gol, mientras que Vinícius tuvo una actuación destacada ante Paraguay pero se perdió los cuartos por acumulación de tarjetas. La falta de un delantero de jerarquía también se hizo evidente, con Dorival probando a Endrick en esa posición con resultados poco satisfactorios.

El problema de Brasil con los laterales también fue evidente en la Copa América, con Danilo y Wendell ocupando esas posiciones. Ambos jugadores superan los 30 años y, si bien Danilo cumplió en defensa, aportó poco en ataque. Los medios brasileños cuestionan si hay un proyecto deportivo serio de cara al Mundial de 2026, especialmente con tres entrenadores diferentes en un año y medio. La falta de estabilidad en el equipo nacional genera incertidumbre sobre su desempeño en las eliminatorias para el próximo Mundial.

Brasil enfrentará dos pruebas difíciles en septiembre ante Ecuador y Paraguay en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026. La selección necesita mejorar su rendimiento y encontrar un estilo de juego consistente si quiere lograr el éxito en la próxima cita mundialista. Con la presión de la afición y la prensa después de su fracaso en la Copa América, Brasil debe reorganizarse y trabajar en sus puntos débiles para recuperar su lugar en la élite del fútbol internacional. La falta de un 9 con jerarquía, la ausencia de laterales de garantías y la inestabilidad en el cuerpo técnico son algunos de los desafíos que el equipo debe superar en los próximos meses.

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