El presidente Joe Biden firmó una nueva orden ejecutiva que busca limitar la cantidad de personas que pueden solicitar asilo en la frontera con México. Esta medida, considerada la más drástica de su presidencia hasta el momento, tiene como objetivo reducir la migración y refleja acciones tomadas por el expresidente Donald Trump. Las restricciones se activarán temporalmente cuando el número de cruces irregulares supere cierta cifra y se suspenderán cuando disminuyan. Esto permitirá la deportación o expulsión de personas que crucen de manera irregular, a menos que demuestren que corren peligro si son enviadas de regreso a su país de origen.

La activación de las restricciones ocurrirá cuando se supere un promedio de 2.500 cruces irregulares diarios en la frontera durante siete días consecutivos. Una vez que esta cifra se alcance, las restricciones entrarán en vigor de inmediato. La única manera de levantar las restricciones es que el número de detenciones baje a un promedio de 1.500 diarios durante 14 días, lo cual es complicado de lograr. Expertos en asilo han señalado que esta prohibición podría extenderse por un largo período debido al alto número de personas que llegan a la frontera sur. Para solicitar asilo bajo estas restricciones, las personas deben demostrar que serán perseguidas o torturadas si son enviadas de regreso a sus países de origen.

La orden ejecutiva se basa en la sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965, que otorga al presidente la autoridad para prohibir la entrada de ciertos migrantes si se considera que su ingreso sería perjudicial para el interés nacional. Esta medida ha sido criticada y organizaciones de derechos humanos ya han anunciado que la impugnarán en los tribunales. Desde que se levantó la restricción conocida como Título 42 en mayo de 2023, el Gobierno de Biden ha implementado una serie de medidas para limitar las solicitudes de asilo en EE.UU. y aumentar las deportaciones. Sin embargo, los expertos opinan que el país no cuenta con la capacidad necesaria para procesar rápidamente las solicitudes de asilo ni para deportar a todas las personas que llegan a la frontera.

Actualmente, EE.UU. tiene un acuerdo con México para devolver a unos 30.000 migrantes al mes, pero esto solo se aplica a aquellos provenientes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. La capacidad limitada de deportación ha llevado a que las autoridades permitan a las personas ingresar al país mientras se procesan sus solicitudes de asilo en la corte, lo que puede resultar en un largo período de espera hasta conocer su futuro. Expertos señalan que el sistema migratorio de EE.UU. no tiene la capacidad para responder eficazmente a la cantidad de migrantes que llegan a la frontera, lo que limita el impacto real de las medidas restrictivas implementadas por el Gobierno de Biden.

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