El miércoles pasado, el senador del Partido Nuevo Progresista (PNP), Thomas Rivera Schatz, desafió al artista puertorriqueño Bad Bunny colocando vallas publicitarias en respuesta a las que el cantante había puesto en contra del PNP a principios de semana. Bad Bunny había colocado vallas con mensajes negativos hacia la colectividad, mientras que Rivera Schatz respondió con vallas que decían: “El 5 de noviembre, ¡barremos! ¡Para que Benito ame!”.

Bad Bunny se atribuyó la publicación de las vallas con mensajes como ‘Quien vota PNP no ama a Puerto Rico’, ‘Votar PNP es votar por la corrupción’ y ‘Votar por PNP es votar por LUMA’ (la empresa encargada de la transmisión eléctrica y blanco de críticas por apagones). El artista también publicó en sus redes sociales: “Anuncio pagado por Benito Antonio Martínez Ocasio. Un puertorriqueño que ama a Puerto Rico”. Estas acciones generaron controversia en la isla.

Después de que el PNP presentara una querella en la Oficina del Contralor Electoral contra la empresa de vallas publicitarias ‘bMedia’ por presentar anuncios con comunicaciones electorales en contra de la colectividad, Bad Bunny respondió con sus declaraciones. Según la querella, los anuncios presentados por Bad Bunny no cumplen con la ley al no establecer quién los promueve, quién los paga o quién quiere influenciar a los votantes.

La querella presentada solicita a la Oficina del Contralor Electoral llevar a cabo una investigación para que se detenga la difusión de los anuncios identificados, se identifique a la persona o entidad que pagó por los anuncios y se imponga una multa administrativa a las partes responsables, incluida a la empresa bMedia Group. Esta situación ha generado debate en Puerto Rico sobre la libertad de expresión, el financiamiento de la publicidad política y el papel de los artistas en la arena política.

La polémica entre Bad Bunny y el PNP ha acaparado la atención de la opinión pública en Puerto Rico, especialmente en el contexto de las elecciones que se acercan. A través de vallas publicitarias, declaraciones en redes sociales y querellas legales, ambos actores han estado involucrados en un enfrentamiento mediático que refleja las tensiones políticas en la isla. Se espera que este debate continúe generando controversia y refleje la diversidad de opiniones en la sociedad puertorriqueña.

La situación entre Bad Bunny y el PNP también ha suscitado reflexiones sobre la responsabilidad de los artistas en la esfera política, así como sobre los límites de la libertad de expresión en el contexto de las campañas electorales. Esta disputa ha reavivado el debate sobre la transparencia en la propaganda electoral y la necesidad de cumplir con las leyes que regulan la publicidad política en Puerto Rico. Tanto Bad Bunny como el PNP han expresado sus puntos de vista de manera enérgica, generando un intenso intercambio de opiniones en la sociedad.

Compartir.
Exit mobile version