El presidente del Parlamento de Georgia, Shalva Papuashvili, promulgó la ley que prohíbe la propaganda LGTB, después de que la jefa del Estado, Salomé Zurabishvili, la devolviera sin firmar al Legislativo. Esta ley, denominada 'Valores familiares y la protección de menores', prohíbe la propaganda de relaciones no tradicionales, los matrimonios entre personas del mismo sexo y la adopción de niños por parte de parejas homosexuales. Fue promovida por el partido gobernante, Sueño Georgiano, y establece penas de hasta 4 años de prisión por cirugías de cambio de sexo y multas de hasta 4.000 lari por difundir propaganda de relaciones homosexuales en instituciones educativas.

El presidente del Parlamento destacó que la nueva norma defiende los valores más importantes de la familia y los niños, y afirmó que la promulgación de la ley no teme las críticas de socios extranjeros, ya que prioriza la fe, cordura y lealtad al país. La Unión Europea lamentó los planes de las autoridades georgianas de aprobar la polémica ley de manera apresurada y sin consultar con la sociedad. Esta ley ha generado críticas tanto a nivel nacional como internacional, pero el liderazgo georgiano ha hecho caso omiso a estas críticas y ha seguido adelante con su promulgación.

Esta nueva normativa se suma a otra ley aprobada por Georgia en los últimos cuatro meses, la ley de Transparencia de Influencia Extranjera, que también fue criticada por Occidente al compararla con la legislación rusa para silenciar a la disidencia. La aprobación de estas leyes ha generado preocupación en la comunidad internacional respecto a la democracia y los derechos humanos en Georgia. A pesar de las críticas, las autoridades georgianas han continuado con su agenda legislativa y han promulgado leyes que restringen la libertad de expresión y los derechos de la comunidad LGTB.

La prohibición de la propaganda LGTB en Georgia se suma a una serie de leyes y políticas discriminatorias en la región contra la comunidad LGTB. Esta nueva normativa representa un retroceso en términos de derechos humanos y respeto a la diversidad en el país. La Unión Europea y otros actores internacionales han expresado su preocupación por estas leyes y han llamado a las autoridades georgianas a respetar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos, independientemente de su orientación sexual.

La promulgación de la ley que prohíbe la propaganda LGTB en Georgia ha generado un debate en la sociedad georgiana y ha puesto de manifiesto las tensiones entre los valores tradicionales y los principios democráticos en el país. A pesar de las críticas y la oposición nacional e internacional, las autoridades georgianas han optado por seguir adelante con esta ley, poniendo en tela de juicio el compromiso del país con los derechos humanos y la democracia. La comunidad internacional continuará vigilando de cerca la situación en Georgia y presionando a las autoridades para que respeten los derechos de todos sus ciudadanos, incluidos los de la comunidad LGTB.

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