Amnistía Internacional expresó su preocupación por la posible salida a la Bolsa de Londres de la empresa china de moda rápida Shein, cuestionando sus condiciones laborales y aplicación de los derechos humanos. La portavoz de AI sobre la industria de la confección, Dominique Muller, señaló que la compañía podría obtener grandes sumas de dinero a través de la venta de acciones en Londres, a pesar de no haber logrado cotizar en la Bolsa de Nueva York.
Algunos medios británicos han informado que Shein, a la que se le atribuye trabajo forzado en su cadena de suministro, habría iniciado los trámites necesarios para salir a Bolsa en Londres, aunque también se sugiere que podría retractarse debido a la polémica. Amnistía Internacional insta a que se implementen salvaguardias transparentes y vinculantes en relación a los estándares de derechos humanos en toda la cadena de suministro de Shein antes de permitir su cotización en la Bolsa de Valores de Londres.
AI denuncia que el modelo de negocio de Shein implica subcontratar la fabricación de prendas a pequeños productores en China, sin transparencia en su remuneración ni condiciones laborales, y sin derecho legal de reunión o sindicalización. Muller señala que las personas que trabajan en la fabricación de prendas para empresas de moda rápida suelen ser tratadas como un costo a minimizar para poder vender los productos a precios elevados.
Además, Amnistía Internacional indica que muchas de las prendas de Shein están hechas de fibras sintéticas derivadas de combustibles fósiles, lo que genera un impacto ambiental negativo e insostenible. La organización destaca que las prendas de moda rápida a menudo terminan en vertederos, contaminando comunidades en el sur global. La producción masiva de ropa de forma rápida y en respuesta a las tendencias del momento está generando graves problemas ambientales y sociales.
La posible salida a Bolsa de Shein era vista por algunos sectores en el Reino Unido como una oportunidad para impulsar el mercado bursátil de Londres, que compite con otros como los de Nueva York o Singapur para atraer a empresas tecnológicas y de rápido crecimiento. Sin embargo, Amnistía Internacional advierte que es necesario garantizar que se respeten los derechos humanos y ambientales en toda la cadena de suministro de la empresa antes de permitir su cotización en la Bolsa de Londres.
En resumen, la preocupación de Amnistía Internacional por la posible salida a la Bolsa de Londres de la empresa china de moda rápida Shein se centra en las condiciones laborales cuestionables y la falta de respeto a los derechos humanos en su cadena de suministro. La organización insta a implementar medidas claras y vinculantes para garantizar que se respeten los estándares laborales y ambientales antes de permitir su cotización en el mercado bursátil. También se destaca el impacto negativo que la producción masiva y rápida de prendas de moda tiene en el medio ambiente y en las comunidades afectadas por estos desechos.