La Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (Amchamdr) condenó el cierre de su homóloga en Nicaragua por órdenes del gobierno de Daniel Ortega. Esta decisión fue respaldada también por la U.S. Chamber of Commerce y la Asociación de Cámaras Americanas de Comercio de América Latina y el Caribe (AACCLA). El cierre de AmCham Nicaragua afecta gravemente al sector privado de ese país y perjudica su desarrollo económico y social, ya que la organización era clave en la promoción de comercio e inversión, contribuyendo significativamente a la calidad de vida de los ciudadanos nicaragüenses.
En un comunicado, Amchamdr reafirmó su compromiso con la defensa de la libertad empresarial, la democracia y la libre competencia, y expresó su apoyo a los esfuerzos para restaurar un entorno que promueva la prosperidad y el bienestar en Nicaragua y en toda la región. El gobierno de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, han llevado a cabo el cierre de más de 1,000 organizaciones de la sociedad civil y religiosas en el país, elevando a más de 5,100 las organizaciones civiles clausuradas desde 2018, incluyendo entidades religiosas, sociedades benéficas, clubes deportivos, asociaciones de comerciantes y de jubilados.
Además, se ha dictado una normativa que obliga a las oenegés a trabajar únicamente en "alianzas de asociación" con entidades estatales, arrebatándoles su autonomía sobre proyectos y permitiendo al gobierno controlar los recursos que reciben. Estas medidas autoritarias han generado críticas y sanciones tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea. El gobierno de Ortega ha cerrado radios y universidades católicas, detenido a sacerdotes y forzado al exilio a muchos de ellos, lo que ha generado un ambiente de represión y control sobre la sociedad civil y religiosa en Nicaragua.
Amchamdr se une a la U.S. Chamber y a AACCLA en su rechazo a las acciones del gobierno de Ortega, destacando la importancia de AmCham Nicaragua en el impulso del comercio e inversión en el país y su contribución al bienestar de los ciudadanos. La solidaridad con la sociedad civil nicaragüense se manifiesta en la defensa de la libertad empresarial, la democracia y la libre competencia, así como en el apoyo a la restauración de un entorno propicio para la prosperidad y el desarrollo en la región.
La situación en Nicaragua ha generado preocupación a nivel internacional, condenando las acciones del gobierno de Ortega que limitan la libertad de asociación, la autonomía de las organizaciones civiles y religiosas, y el derecho a la libre expresión. El cierre de entidades clave para el desarrollo económico y social del país, como AmCham Nicaragua, refuerza la percepción de un régimen autoritario que busca controlar y reprimir cualquier voz disidente en la sociedad. La solidaridad y el apoyo de organizaciones como Amchamdr son fundamentales en la defensa de los principios democráticos y en la lucha por la libertad y la justicia en Nicaragua y en toda la región.